La fe es el aire que se respira en el reino de Dios. Es el elemento básico e imprescindible que establece y mantiene la relación con Dios. Hebreos 11:6 afirma que:

       En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan.

Desde los tiempos más antiguos los cristianos entendieron la importancia de articular de manera concisa las premisas básicas de su confianza en Dios. Estas expresiones se usaron como confesión de fe de los que se bautizaban. Se les exigía que declararan en voz alta una breve afirmación de su confianza en Dios y, específicamente, en Cristo como su Señor y Salvador.

Hay varios textos del Nuevo Testamento que se suponen que formaron parte de esos resúmenes de fe que se usaron en la iglesia primitiva en distintas ocasiones como, por ejemplo, la referencia a Cristo que se halla en 1 Timoteo 3:16:

  Él se manifestó como hombre;

          fue vindicado por el Espíritu; 

          visto por los ángeles, 

          proclamado entre las naciones, 

          creído en el mundo,

          recibido en la gloria.

Otro pasaje parecido, muy conocido, se halla en Filipenses 2:6–11, que habla de la humillación y posterior exaltación de Cristo nuestro redentor. Así mismo hay varios textos más, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, que expresan de manera resumida la convicción de los creyentes con respecto a su fe en Dios.

Muy temprano en la historia, estas expresiones articuladas en voz alta adquirieron el nombre de credo, que viene de la palabra con que comienzan en latín muchas de ellas. La palabra credo implica más que «yo creo». Su significado original era más bien, «pongo mi confianza en…» o «dependo de…», pues expresa una relación de confianza y dependencia. Vale decir, un credo es más que un simposio de doctrinas aceptadas o autorizadas; involucra esencialmente el compromiso con ellas y con Dios de parte del que las articula.

El desarrollo histórico de los credos ilustra la evolución de su uso en la iglesia. Al principio, como dijimos, se usaron en el bautismo de los nuevos creyentes como afirmación de su confianza en Dios. Pero el credo llegó a significar no solo un compendio de la fe, sino también un criterio que sirvió para desacreditar los conceptos erróneos y heréticos que de otra manera hubieran podido distorsionar o desvirtuar la fe de los cristianos.

        En cierto sentido, la presencia de las ideas falsas determinó esta presentación de la verdad. Alrespecto, dijo un autor:

Esto solo afirma que aun cuando las verdades se sostuvieron desde el principio, solo fueron latentes en la conciencia cristiana, sin ser articuladas, hasta que el rechazo de las mismas obligó ala iglesia a ponderar el significado de su fe y presentarla en palabras razonadas (T.H.Bindley, ed.,Ecumenical Documents of the Faith, 1950).

Por su naturaleza, el credo no pretende formular una expresión amplia de las convicciones de los cristianos, sino una breve síntesis. No entra en detalles. Representa, en verdad, una expresión mínima de las bases de su confianza en Dios. Sirve para dilucidar el terreno de la fe y lo que no estamos dispuestos a ceder frente a los ataques de los enemigos o de los elementos heréticos. Articular el credo es como decir:«Aquí estoy parado; de aquí no me muevo». Es el último baluarte de la fe, que estamos dispuestos a defender a muerte.

Los credos cristianos históricos tienen gran significado y merecen ser ponderados con seriedad y reverencia. Además, nos hace bien aprender a expresar de manera clara y concisa los puntos básicos de nuestra confianza en Dios.

El «Credo de los Apóstoles» es uno de los más antiguos y ha gozado de un uso muy generalizado en la iglesia a lo largo de los siglos. En realidad, no fue compuesto por los apóstoles originales, sino que pretende expresar los puntos elementales de la fe apostólica:

              Creo en Dios Padre todopoderoso,
              Creador del cielo y de la tierra;
              y en Jesucristo, su único Hijo, Señor nuestro;
              que fue concebido del Espíritu Santo,
              nació de la virgen María,
              padeció bajo el poder de Poncio Pilato;
              fue crucificado, muerto y sepultado,
              y descendió al infierno;
              al tercer día resucitó de entre los muertos;
              subió al cielo y está sentado a la diestra de Dios Padre todopoderoso;

              y desde allí vendrá al fin del mundo
              a juzgar a los vivos y a los muertos.

              Creo en el Espíritu Santo,

              la santa iglesia universal,

              la comunión de los santos,

              el perdón de los pecados,

              la resurrección del cuerpo

              y la vida perdurable.

              Amén.

Sobre estas verdades podemos afirmar nuestra fe con toda confianza.

PARA PENSAR Y CONVERSAR

  • ¿Cómo expresarías tu fe en Cristo en una breve síntesis?
  • ¿De qué manera te ayuda el Credo de los Apóstoles a estar firme, sin vacilar, en medio de laspruebas?
  • ¿Recuerdas alguna ocasión cuando te sentiste presionado a dar razón de tu fe en Cristo?

Por Orville Swindoll