Llegó a nuestra redacción la confirmación de la despedida de un querido siervo del Señor que a través de los años fue ganando el corazón de infinidad de latinoamericanos en su programa radial, logró ponerle voz y acento al mensaje evangelístico.
El Pastor Ruben Proietti fue el coordinador de los grandes Festivales de Palau, realizado en diferentes ciudades del continente y países del mundo. Con esta carta que transcribimos dio la noticia y sus sentimientos en estos momentos.
Queridos amigos y hermanos en Cristo,
En esta oportunidad con un gran pesar en mi corazón, les quiero compartir, que hace unas horas, nuestro querido Luis, pasó a la presencia del Señor.
Para todos los que alrededor del mundo se unieron en oración, y fueron intercesores pidiendo por su vida, hoy es el momento de dar gracias a Dios, a pesar del dolor y la consternación que podamos sentir, porque frente a todo diagnóstico, Dios lo dejó hasta sus 86 años, para realizar los últimos mandatos que tenía en su corazón.
Hoy se cumple sobre su vida la palabra de Apocalipsis 14-13 “Bienaventurados son los muertos, que de aquí en adelante mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, que descansan de sus labores; y sus obras los siguen”.
No se puede transmitir exactamente lo que sentimos. Tampoco es momento de muchas palabras porque sólo El Señor puede dar el Consuelo necesario y el abrazo para recibir la Paz que sobrepasa todo entendimiento, para transitar este momento, porque no resulta nada fácil despedir a un Siervo de Dios, esposo, padre, abuelo, amigo, evangelista, un guerrero del evangelio, un compañero por más de 43 años sirviendo juntos.
Lo que nos diferencia del resto del mundo ante el dolor de la muerte, y despidiendo un ser querido, es que nosotros SÍ sabemos exactamente dónde está cada uno que se nos adelantó a la patria celestial. Ahora ya está con su Señor! Ese Señor del que predicó incansablemente, y que cuando le tocaba subir a las plataformas en cualquier lugar del mundo, y a lo largo de tantos años, estaba tan nervioso como si fuera su primera prédica, cargando con toda la responsabilidad del tremendo llamado, pero subía trotando y alegre, para sorprender con un mensaje de esperanza a todo el que escuchaba.
Ahora, es él quién ya escuchó con sus propios oídos las palabras más maravillosas que cualquier ser humano pueda llegar a escuchar en toda su vida: “Bien, buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu Señor”. En este mismo momento, está regocijándose en la Presencia de Cristo, ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!
Oramos por Patricia su esposa, hijos, nietos y la familia extendida, clamamos a Dios para que Su Santo Espíritu, nuestro Consolador, redoble Su presencia y contención en sus vidas y en las nuestras, porque vamos a extrañar a este gran HOMBRE de DIOS, que nos deja un gran legado, Seguir predicando el Evangelio a toda criatura.
Hasta Pronto Luis!
Rubén Proietti