Hyeon Soo Lim, quien ministró en la Iglesia Presbiteriana Luz Coreana de Toronto de 3.000 miembros, se sentó para una entrevista con CBC News a principios de esta semana y dijo que, a pesar de su encarcelamiento de más de dos años y siete meses en el Estado paria, está «bien» con su salud.
«Hice un chequeo con mis médicos de familia hace dos días», dijo Lim, según una traducción. «Todo esta bien.»
Aunque Lim viajó a Corea del Norte para proporcionar ayuda humanitaria, Lim fue acusado de «complots y actividades subversivas» contra Corea del Norte y fue condenado a una vida de confinamiento solitario en un campo de trabajo. Sin embargo, fue liberado a principios de este mes y ha vuelto a casa.
La reportera de la CBC, Rosemary Barton, preguntó al pastor por qué decidió ir a Corea del Norte en 2015 sabiendo el peligro en el que estaría y el hecho de que el gobierno canadiense ha aconsejado a sus ciudadanos no viajar allí.
Considerando que Corea del Norte es clasificada anualmente como el peor perseguidor de los cristianos en el mundo por Open Doors USA (Puertas Abiertas USA) y dirigido por la dictadura de Kim Jong-un, Lim aseguró que «nunca predicó en Corea del Norte». Admitió, sin embargo, que la idea que había pasado por su mente fue que el régimen podría ver su presencia de líder religioso como una influencia negativa en la gente.
Aunque Lim dijo que no cometió ningún crimen, fue encarcelado y obligado a hacer trabajos forzados.
A Lim se le preguntó específicamente si pensaba que Dios quería que él pasara por esa experiencia.
«Sí, nunca había experimentado la vida de los norcoreanos», dijo Lim. «El experimentarlo yo mismo y ponerme en Corea del Norte para vivir su vida, creo que eso es parte de la voluntad de Dios.»
Lim dijo que no estaba enojado con su encarcelamiento y lo que transpiró.
«Le di las gracias a Corea del Norte, les perdono y les amo», dijo Lim. «Y creo que esta fue una disciplina de Dios ya que aprendí mucho a través de esta experiencia.»
Barton preguntó: «¿Una disciplina de Dios?»
Lim respondió: «Sí».
Lim añadió que a través de su experiencia en Corea del Norte, aprendió que «yo soy el pecador delante de Dios».
«Y por medio de esta experiencia, glorificaré a Dios y serviré a Dios con más sinceridad», dijo Lim.
Lim, que se vio obligado a confesar públicamente los crímenes contra el Estado ante una congregación estatal en la ciudad capital de Pyongyang en agosto de 2015, explicó que cuando hizo esa confesión simplemente leyó palabras que le habían sido escritas para decir, por oficiales del gobierno.
«Hice lo que me dijeron y obedecí la ley tal como es su ley, a pesar de no hacer nada malo y por lo tanto, no me sentí culpable», dijo Lim, agregando que nunca fue amenazado con hacer la confesión.
Cuando se le preguntó si sus captores le hacían daño, Lim simplemente respondió diciendo: «No.»
Lim también describió cómo era la vida en el campo de trabajo.
«Durante el invierno, estube cavando en las montañas heladas para hacer un huerto, cavé 50 hoyos», dijo. «La primera vez fue muy difícil para mí, porque nunca trabajé. Después de dos meses mi peso se redujo en 23 kilos. No podía respirar y no podía levantar la mano, así que pedí ir al hospital. Ellos me dieron permiso por dos meses, así fue que me restauré en el hospital.»
Agregó que se sentía muy solo mientras estaba en el campamento.
«Todo el mundo es mi enemigo, no mi amigo», dijo Lim. «Durante 24 horas, me vigilaban por cámaras de video – tres cámaras – en una pequeña habitación, como un lavadero muy pequeño. Incluso los baños tenían cámaras, el ejército me vigilaba, dos guardias cada dos horas. «Siempre, 24 horas, cuando me iba a dormir, me estaban vigilando», continuó. «Después de un mes, me acostumbré a ello. Yo oraba todo el tiempo. Aprendí delante de Dios -Dios lo sabe todo, y siempre lo repetía cada vez que tenía que orar. El versículo de la Biblia, la meditación, por medio de esta clase de tranquilidad, yo fui superando todos los días. La Biblia dice: ‘No te preocupes por el mañana’. Por eso nunca pienso en el mañana.»
Aunque no está seguro de por qué fue liberado, Lim cree que la muerte de Otto Warmbier, ciudadano estadounidense de 22 años de edad, encarcelado en Corea del Norte en 2016 y fallecido en junio de 2017 poco después de ser liberado de Corea del Norte, podría haber tenido una influencia.
Hizo hincapié en que no se pagó rescate por su liberación.
«Recibí la noticia cuando me liberaron de Corea del Norte que Otto Warmbier había fallecido, así que creo que eso ha influido en mi liberación», dijo.
Lim dijo que si algún día es invitado a regresar, él volverá a Corea del Norte.
Traducido por Natalia A.Fuentes