Un barco cruzó el mar de Bering en 1919 y viajó al interior a través del Rio Yukón para ayudar a que comenzara la primera iglesia liderada por nativos en el asentamiento recientemente establecido de Villa de la Montaña (Mountain Village) – una pequeña comunidad al suroeste de Alaska.

El nombre del barco era Esperanza y llevaba su homónimo – la esperanza encontrada solamente en el Evangelio de Jesucristo. A través de las décadas, la Iglesia del Pacto Villa de la Montaña ha sido un refugio espiritual de las a veces duras realidades de la vida en la tundra.

Como muchas partes de Alaska, Villa de la Montaña ha sufrido bajo el abuso de drogas y alcohol, violencia doméstica, y desesperación. Más de 50 personas en esta villa de menos de 1,000 personas han intentado quitarse la vida sólo en este año.

Así que la Villa de la Montaña necesita la iglesia, pero la iglesia también estaba en desesperada necesidad de asistencia. Se estaban reuniendo en un edificio “nuevo” construido en 1995. Desgastado y erosionado por los brutales inviernos de Alaska, la estructura de dos décadas de antigüedad había caído en mal estado.

“Yo pregunté si ellos [Bolso del Samaritano] podrían añadir 30 pies más. Solo 30 pies más,” dijo Elise Murchison, sonriendo. Elise es la esposa de Marc Muchison, el pastor de la iglesia. “Ellos me dijeron: ‘No hacemos reparaciones. Construimos edificios nuevos.’”

En vez de arreglar el edificio que ya existía pudimos comenzar trabajo en uno totalmente nuevo, justo al lado del viejo. Este proveería calefacción más eficiente, más espacio, más almacenamiento, y serviría como un lugar bien construido para que las personas se reúnan a adorar.

En el curso de este verano pasado, 84 voluntarios del Bolso del Samaritano llevaron a la Villa de la Montaña para ayudar a construir el edificio. Y después de meses de trabajo, nuestros equipos pusieron los toques finales en el nuevo espacio de reunión.

En septiembre 9 la iglesia, la comunidad, los líderes regionales, y el liderazgo del Bolso del Samaritano llegaron a celebrar el trabajo de Dios a través de su iglesia en la comunidad. Hemos dedicado este edificio nuevo y entregado las llaves al liderazgo de la iglesia.

 

Una Herramienta En Las Manos De Dios

“Creemos que esto va a ser una herramienta que Dios usara por los próximos 100 años para bendecir la villa, la gente de la villa, para honrar a Dios, y esperamos que la use como un puesto de avanzada para alcanzar a otras villas cercanas,” dijo Marc Murchison.

Luther Harrison, el vicepresidente de Bolso del Samaritano para los Ministerios de Norte América, le recordó a la iglesia el profundo poder y propósito de dicho edificio en este rincón remoto de Alaska.

“Queremos que éste sea un lugar para que vengan los quebrantados y entiendan que pueden ser amados. Que ellos puedan ver que tan real es Dios y que tan cerca está El de ellos,” dijo Harrison. “Queremos asegurarnos que éste edificio no es solo un lugar bonito pero que es la casa de adoración de Dios.”

El Pastor Marc alentó a su congregación a usar el edificio nuevo como una oportunidad para señalarle a otros en la comunidad la esperanza encontrada solamente en Jesucristo.

“Queremos ser el aroma de Cristo en esta villa. Queremos que la gente huela la comida y venga y sea nutrida aquí. Jesús es la comida,” dijo el Pastor Marc. “Él es nuestra salvación. Él es el que nos alimenta.”

Lloyd Alexie, un miembro de la iglesia desde hace mucho tiempo, dijo que él está orando para que el edificio nuevo anime a muchos más niños y familias a venir a la iglesia y aprender de Jesus.

“Mi abuelo decía, ‘si no conoces a Jesús, deberías.’ Y agradezco a Dios que esta iglesia pueda ser parte de nuestra comunidad. Agradezco a Dios que ayudara a nuestros niños y a nuestra comunidad a que conozcan y sirvan a nuestro Señor y Salvador Jesucristo.”