La Concentración del Obelisco donde las Iglesias Evangélicas le dijeron «Si a la Vida de la mamá y al bebe por nacer» fue llevada adelante en tiempo récord y podemos decir que la presencia de los hermanos el sábado 4 de Agosto en la Avenida 9 de Julio, Buenos Aires, fue impecable.

Lo impresionante es que a cientos de miles que venían de los más insólitos lugares de Argentina, con un despliegue pacifico inusual para los ojos del resto de los ciudadanos, propusieron unirse por este propósito importante.

Es para destacar que cuando terminó el encuentro todos los participantes sacaron bolsas de residuos y como profesionales levantaron todo lo que había quedado de varias horas de un ejercito humano incalculable, quedando el lugar tal vez más limpio que antes que comenzara la concentración.

También llamó la atención que tratándose de una protesta, no hubo un solo incidente de violencia y las familias podían circular sin ningún riesgo por las interminables calles que se utilizó para este fin.

El traslado de los concurrentes fue costeado por los mismos participantes, que llegaron y se retiraron agregando continuamente alegría por donde pasaban.

El impacto está en la calidad de convivencia entregada por todos los que estuvieron presentes, y este fue sin duda el «sermón más hermoso que se haya predicado a la sociedad Argentina».

Ahora la iglesia Evangélica seguirá con su labor primordial, la evangelización y el discipulado de sus fieles, y la mano generosa a los necesitado. Así seguirá alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo. Y el Señor añadirá cada día al número de los que irán siendo salvos. Si con Cristo se puede dejar limpia una avenida, con Cristo se puede limpiar un país.