Cómo prevenir problemas disciplinarios
Al comenzar en una clase por primera vez, es común que suceda; Un maestro, lleno de amor por sus alumnos, conoce a sus estudiantes por primera vez.
La mitad de la clase no le presta atención. Otros cuantos se burlan en voz alta. El maestro se desanima ¿Necesita el maestro una personalidad más dinámica? ¿Es siempre así, de esta manera, con los niños? Aquí les ofrecemos algunas sugerencias para allanar el camino:
1. Esté siempre preparado
Posiblemente esto le suene demasiado sencillo, pero es el primer y más importante elemento para mantener el orden en el salón de clase. Planifique todo antes, desde antes de que lleguen los niños. El 80% de todos los problemas disciplinarios se evitan prestándole atención a los siguientes factores:
2. Mantenga a sus alumnos ocupados. Desde el momento en que lleguen, ocupe sus mentes, sus cuerpos, sus personalidades y sus corazones.
3. Tenga suficientes colaboradores. No todos tienen que ser maestros. Nunca permita que un maestro trabaje solo. Planee una supervisión adulta de la clase todo el tiempo.
4. Deshágase de todo lo que pueda ser una distracción en su aula. Busque las tentaciones infantiles más llamativas (maquetas, cuadros abiertos, cajas de cartón abiertas, etc.) Sáquelas o tápelas con alguna tela o papeles.
5. Aprenda sus lecciones de memoria. Cuando usted no sabe qué sigue, los estudiantes compensan con sus propias ideas. La mayoría de las interrupciones no tienen nada que ver con la lección.
6. Planee las transiciones. Dígales a los niños qué sigue, y llévelos allí. Ocúpelos inmediatamente en la siguiente actividad.
7. Tenga a los niños ocupados y con incertidumbre. Ofrézcales una variedad de actividades. Sorpréndalos de vez en cuando; utilice sonidos raros que llamen su atención.
Cuando usted trata a los niños con respeto, ellos generalmente le corresponden de la misma manera.
8. Sea cortés. Incluso cuando se porten mal, hable con ellos como si estuviera hablando con un buen amigo del vecindario. Sea genuino en su trato con los niños.
9. Sea justo. Dé a cada niño su turno. Permita que cada uno tenga la oportunidad de ser escuchado. Haga hincapié en que sus estudiantes se escuchen entre ellos.
10. Sorprenda a los niños que hacen bien las cosas. Cuando vea que uno sabe escuchar o Cuando vea que hay uno que sigue todas las reglas, Cuando vea que alguno es amable o generoso, felicítelo públicamente.
11. Valórelos. Trate a cada niño como a una persona real. Demuéstrele que usted se interesa por sus cosas, incluso cuando tenga que llamarles la atención por comportamiento inapropiado.
12. Esté pronto a reírse. Un buen sentido del humor calma muchas situaciones tensas. Ríase cuando usted mismo cometa un error. Disfrute cuando algo divertido ocurra (pero nunca se burle de un niño).
Ríete con otros, ríete de ti mismo, pero nunca te rías de otros.
Explique con claridad las normas de conducta.
13. Haga una lista de 3 a 5 reglas para su clase. Si se trata de niños mayores, invítelos a que le ayuden a crear la lista. Colóquelas a la vista, y explique las reglas sencillamente cada vez que se reúnan. Los artículos de la lista deben ser positivos, sencillos y medibles, como éstos:
- Levanta la mano antes de hablar.
- Mantén tus manos en su lugar.
- Cuando no sea tu turno para hablar, escucha.
- Ordena el desorden que hagas.
- Diviértete. (¡A los niños les encanta éste en particular!)
14. Sea realista. A los niños les cuesta trabajo permanecer sentados por largo rato. Déles suficientes oportunidades de moverse, participar, jugar, reírse y divertirse.
15. Sea consistente: las reglas traen sus consecuencias, y éstas deben aplicarse de manera consistente pero sin severidad.
16. No tolere violencia o intimidación emocional en absoluto.
17. Algunos niños no se pueden concentrar cuando se sientan a la par de un buen amigo. Si es necesario, siéntelos en partes separadas del aula.
Sea firme, ¡Pero demuéstreles que usted se interesa por ellos!
El amor por las próximas generaciones es el secreto de transformar un país.
Bendiciones
Photo: Markus Spiske / Unsplash