Israel — La inminente ofensiva terrestre de Israel en Gaza y las crecientes tensiones con otros países vecinos apuntan a un conflicto potencialmente de largo plazo en la región.
El pastor Israel Pochtar de la Congregación Beit Hallel en Ashdod dice: “Israel tiene la mayor movilización militar de personas de toda su historia. Así, 350.000 israelíes –padres jóvenes y en su mayoría jóvenes– fueron movilizados en el ejército. Está afectando a todos los sectores de nuestra sociedad”.
Los dos hijos de Pochtar están en el ejército de Israel: uno ya está en servicio y el otro fue desplegado recientemente. El mejor amigo de su hijo menor (también en el ejército) fue asesinado en el ataque de Hamás el 7 de octubre, al igual que el mejor amigo de su hija que estaba en el festival de música.
Al menos 30 jóvenes de la iglesia de Pochtar se han desplegado desde el inicio del conflicto. Los civiles están sintiendo el impacto de la guerra.
“Tenemos que limitar los servicios religiosos a 50 personas”, dice Pochtar. “Tenemos un refugio antiaéreo en mi iglesia que ayuda, alabado sea el Señor. Todavía podemos hacer servicios. Pero incluso el simple hecho de ir a la iglesia es peligroso, porque en cualquier momento podemos ser atacados. Entonces, cuando tenemos sirenas, la gente tiene que correr al refugio antiaéreo. Esa es nuestra realidad durante los últimos 16 días”.
Durante este tiempo, los cristianos en Israel están mostrando compasión en el nombre de Yeshua hacia sus comunidades.
“Es una tragedia. Es doloroso. Nos tomó por sorpresa, por lo que es una situación difícil. Pero como iglesia, no tenemos tiempo para frenar. Estamos trabajando duro porque la crisis, la guerra y la tragedia son el mejor momento para que la Iglesia sea luz, y ese es nuestro enfoque. Nos estamos recuperando y atravesando el dolor de las pérdidas”.
Con tantos soldados israelíes desplegados repentinamente, sus tropas necesitan lo esencial para el día a día. Los equipos de ayuda de guerra de la Congregación Beit Hallel están llevando alimentos, agua, productos de higiene y otros artículos de ayuda a las bases del ejército israelí en el sur.
Ashdod, donde se encuentra la iglesia, ha sido afectada por continuos bombardeos desde Gaza. También está muy cerca de Ashkelon, otro objetivo importante de los ataques con cohetes.
“Vivo en un piso alto, así que puedo ver desde mis ventanas Ashkelon y Gaza”, dice Pochtar. “Cuando los cohetes vuelan, yo personalmente lo veo con mis ojos. Así que estamos cerca”.
La Congregación Beit Hallel está proporcionando cestas de alimentos de emergencia y cestas de atención a familias israelíes afectadas por la guerra en el sur.
Pochtar dice: “Al principio, cuando empezó, dijimos: ‘Tenemos que seguir adelante y comprar alimentos, comprar comida para estar listos porque pronto la gente pedirá ayuda a gritos’.
“A medida que pasa el tiempo, la gente se queda en casa. Con el lanzamiento de cohetes, no pueden entrar a la tienda. No hay entrega a domicilio. No puedes pedir Uber ni otras formas en que la gente pide comida. Mujeres, mamás jóvenes con niños pequeños… quédense en casa. Ni siquiera pueden salir a comprar comida. Personas discapacitadas, personas mayores, que están atrapadas en casa… Sabemos por experiencia que a medida que pasa el tiempo, las necesidades aumentarán”.