El Evangelista Nick Vujicic aconsejó a una jovencita Cristiana que lidiaba con la depresión que se uniera a un voluntariado como una manera de sentirse parte del Cuerpo de Cristo.

Vujicic, conocido como el «Evangelista sin extremidades», pues nació sin brazos ni piernas, contó en su canal de Youtube el martes que recibió una pregunta de una creyente llamada Yvette, que decía:

«Soy seguidora de Dios. Lo Amo, pero me siento vacía en el interior y estoy lidiando con la depresión y la ansiedad.»

El Evangelista, que ha inspirado a millones de personas alrededor del mundo con su testimonio de superación y confianza en Dios, le dijo a Yvette que muchas personas están luchando con la misma situación que ella.

«Quiero que te desafies a tí misma. Lee el Salmo 91 por los próximos 30 días, en voz alta, o el Salmo 73, o el Salmo 139. Esos son mis tres Salmos favoritos, los que realmente me dan fe. Cuando oímos la Palabra de Dios, ésta nos infunde la fe que necesitamos,» explicó Nick.

Luego sugirió que la sensación de vacío podía deberse a una «falta de propósito».

Él alentó a la joven a unirse como voluntaria en algún refugio para indigentes, algo que él mismo pronto hará en Los Ángeles.

«Sólo ve y comparte con ellos. Sirvelos, alimenta al hambriento, mantente cerca de la viuda, comparte con los huérfanos. Piensa como ayudar a alguna madre soltera con la comida o quizás cuidando de sus niños, para que pueda esa madre tener un momento de descanso,» sugirió Nick.

«No tenemos que reinventar la rueda, tenemos que simplemente apoyar a nuestros hermanos y hermanas y serles de bendición,» continuó.

«Mientras tu te ocupas de estos asuntos, no me sorprendería si Dios enciende la llama y reaviva el fuego en ti para ser una obrera activa del Cuerpo de Cristo, amada y valorada ante Sus Ojos.»

Nick había admitido en el pasado su lucha contra la depresión, inclusive el haber tenido pensamientos suicidas y atravesar «oscuros valles» al tratarse de su fe.

«Mi carne no sentía que Dios estuviera allí conmigo,» confesó Nick, pero agregó que por la fe sabía que Dios seguía escuchándolo.

«La Fe viene por el oír la Palabra. Sigue adelante, un día a la vez,» concluyó.