Uno de los proyectos vigentes de la Sociedad Bíblica Argentina (SBA) es la traducción del Antiguo Testamento a la lengua toba del oeste, idioma del pueblo originario que lleva el mismo nombre. Samuel Almada, consultor de traducciones de las Sociedades Bíblicas Unidas –que se dedica a la capacitación, acompañamiento al equipo de traductores y la retrotraducción– relata algunos desafíos que conlleva la traducción de la Biblia a una lengua y cultura diferente.
“La traducción se realiza del español al toba del oeste pero no se traduce de una versión en particular sino que se comparan al menos tres o cuatro versiones. Esto ayuda a encontrar las formas más apropiadas para la comunidad. Solo se elige una versión de referencia para la honomástica, es decir, los nombres propios y de personas”, explica Almada.
La traducción comienza con un trabajo individual, que luego se revisa con el equipo y con el consultor. Luego, se hacen impresiones en borrador para chequearlo con la comunidad, en talleres grupales de lectura y con lectores particulares de las comunidades. “Ellos dan su opinión y brindan sugerencias sobre el trabajo de la traducción. Después el equipo de traducción evalúa la devolución y decide si realiza modificaciones”, detalla el consultor.
Almada comenta: “Lo más importante es que el texto sea claro en la lengua de destino, que sea algo natural para la cultura. Hay mucho para pensar, discutir y dialogar sobre las cuestiones culturales que surgen en el proceso de traducción. Para resolver puntos difíciles consultamos cómo lo pusieron en griego, en latín, como se resolvió en otros idiomas. Este proceso implica tener en cuenta cuestiones culturales, de cosmovisión, de lingüística y de conocimiento bíblico”.
Recientemente el equipo de traducción finalizó el primer libro de Samuel que se imprimirá para ser entregado a los grupos de lectura.