Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres.

Lucas 2:52

Jesús como niño, creció íntegramente, en tamaño, en sabiduría y en el favor de Dios.

Hoy No todos los niños en Latinoamérica tienen esta oportunidad.

Donde hay pobreza, no hay buena educación, hay basurales, hay hambre y muchos pequeños desnutridos y enfermos, sin animo, sin esperanza.

Apenas muchos comen una comida al día; con sus familias ensambladas, creciendo solos en la calle o con sus vecinos que los cuidan.

Pasando muchas horas solos, donde las drogas llegan a sus vidas en una edad muy temprana, la cual produce una deserción escolar.

Como iglesia, nos encontramos con una gran demanda social y una responsabilidad como cristianos de hacer algo por ellos.

No podemos negar esta realidad o mucho menos ocultarla.

Tenemos que salir de las cuatro paredes de los templos e ir en busca de estos niños y ayudarlos.

Necesitamos estrategias, bien planificadas, unirnos y ponernos a trabajar por esta generación.

Una niñez saludable, bien alimentada y educada con valores y con amor es una nación con futuro y una sociedad bendecida por el favor de Dios.

 

Crecer en estatura:

La alimentación durante los primeros 5 años en la infancia es fundamental para sentar las bases alimentarias del resto de la vida, así como también para proteger al niño de posibles enfermedades.

La vestimenta adecuada, el deporte en la niñez ayudara al crecimiento sano.

 

Crecer en Sabiduría:

Un niño sabio será un ciudadano sabio, que sepa que es bueno y que malo, que tenga valores cristianos Bíblicos, la cual se trasmitirá de generación en generación.

El hombre sabio teme a Dios, honra a su familia y a su país.

 

Crecer en espíritu:

Si el niño es discipulado, dedicando su vida a servir a Dios, aun cuando fuese viejo no se apartará del camino correcto.

Prov.22:6

La iglesia debe estimular la fe del niño y mostrar el camino, que conduce a la vida eterna.

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Juan 14:6