Queremos saber si alguien nos quiere de verdad, aún cuando alrededor nuestro tengamos personas que con sus gestos y sacrificios nos demuestran sobradas veces de que nos aman, muchas veces asoma en nuestra mente como una duda de si ese amor es verdadero y profundo.

¿Por qué esa desconfianza? ¿ Será quizás porque el amor que nosotros mismos damos no es completamente un verdadero amor?

Muchas veces vemos novelas o películas donde logran mostrarnos un mundo maravilloso, situaciones increíbles y amores de fantasía. Pero al terminar volvemos a la realidad y creemos que es imposible llegar a ese modelo de amor.

Hay quienes miran con admiración a matrimonios que por muchos años se los ve unidos y felices, produciendo hasta cierta envidia en muchos, pero en algunas ocasiones aún esos modelos los vemos terminados después de muchos años.

Nuestra mente regresa una y otra vez a la difícil pregunta ¿Existe el amor verdadero?

El amor no es sólo un sentimiento, los sentimientos terminan, pero el amor nunca deja de ser. Tendremos que decir que el amor es sentimiento pero algo más.

Dios nos muestra un amor perfecto, que no pide nada a cambio y se brinda a si mismo, cuando el dice que nos ama es verdad porque lo demostró entregando a su propio hijo Jesucristo. Debemos también entender que él tiene un plan, que él desea llenarnos de ese amor y así entrar nosotros en una nueva dimensión de vida.

Existe el amor verdadero y la Biblia lo dice en 1era de Juan 4:16: «Dios es amor», y podemos tener ese amor si tenemos a Dios, él es la esencia de lo que estamos buscando, recibámoslo hoy en nuestro corazón y tendremos ese amor.

Ocurrirá que al recibir en nuestro corazón a Dios iremos avanzando en un perfeccionamiento en el amor, si nos proponemos dejar ser moldeados por él, nuestra vida crecerá en amor y luego ayudaremos a otros que comienzan su camino en esta búsqueda, facilitándoles la tarea con nuestra experiencia.

Crezcamos en amor, hasta que Cristo sea formado en nosotros.