En Génesis 1:1 dice: «Dios, el principio…» Cuando dice la palabra «principio», está hablando de la creación puntual del tiempo. El cronómetro celestial estaba en 00:00 y Dios presionó el botón. Teniendo en cuenta que en 1 Juan 4:8 dice: «…Dios es amor.» Si sustituimos en el primer pasaje nombrado la Palabra Dios por la Palabra Amor, el versículo queda: «Amor, en el principio…» Con esto llegamos a la conclusión de que el Amor no se fabrica con el tiempo sino que el tiempo se fabrica por causa del Amor. 

Después de esto pensé en la posibilidad de que el tiempo pueda engrandecer ese amor que lo inició, pero al instante, irrumpió en mi mente como una flecha una frase del fantástico Apóstol Pablo que dice lo siguiente:

» Yo sembré, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento. Así que no cuenta ni el que siembra ni el que riega, sino sólo Dios, quien es el que hace crecer. El que siembra y el que riega están al mismo nivel, aunque cada uno será recompensado según su propio trabajo.»(1 Corintios 3:6-8 NVI)

Toda relación entre dos personas, todo acto que requiera el compañerismo para trabajar, todo noviazgo, todo matrimonio, toda familia; toda empresa o todo aquello que necesite iniciar, crecer y multiplicarse. Tanto en el inicio, como para el fin. Tanto para el comienzo de un sueño, como para su realización y concreción; siempre, en todos los casos necesita a Dios, necesita a la esencia del universo como alimento diario. Tanto Pablo, como Apolos; amabos tenían a Dios. Uno para sembrar y el otro para regar. Uno para fomentar una iniciativa del Amor, y el otro para enseñar sobre Él.

«Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.»(1 Corintios 13:13 NVI)

O parafraseándolo un poco «Ahora, pues, permanecen tres virtudes: la fe, la esperanza y Dios. Pero el más excelente de ellas es Dios.»

Para concluir: El Amor Fabrica el tiempo, y en medio de él crece sin medida por causa de sí mismo.

Mariano Javier Virnik