Aunque el 50% de los menores explotados sexualmente son varones, eso no garantiza que haya recursos para rescatarlos de esa tragedia.
“Entonces le dijimos sí a los niños”, expresó Anna. Los Smith nombraron al hogar “Anchor House”. Durante un año, ellos empezaron la búsqueda de un terreno. Lo encontraron en una comunidad rica en soja con una población de 21.000 habitantes. Pero era demasiado pequeño, así que decidieron mudarse.
Así fue como compraron 10 acres en Greenville, Carolina del Norte, cerca de la línea Greene-PittCounty.
Los Smith no le dijeron a la oficina del Comisionado del condado de sus planes, y se registró su propiedad con un nombre diferente. Tampoco le dijeron nada a sus vecinos. Anna explicó las razones: la casa funciona como un refugio de violencia doméstica, y por ello la privacidad y la confidencialidad son importantes.
Un tiempo después, los Medios de Comunicación revelaron la ubicación de las instalaciones. Al conocer la noticia, los residentes de la zona se disgustaron y se quejaron a la Junta de Comisionados del Condado de Greene, que adoptó una resolución contraria a la ubicación. Pero como la ubicación carecía de restricciones de zonificación, los Comisarios no tuvieron argumentos legales para detener la construcción.
Los residentes locales no quedaron muy convencidos de que no hubiera otras opciones, y se preguntaron: «¿Necesitaremos diputados adicionales para cuidar a estos muchachos? Si no van a tomar su medicina, alguien tendrá que ser llamado para saber qué hacer con ellos? »
Anna trató de asegurar a los residentes que «Estas son las víctimas, no criminales».
«¿Quién hace los cambios en las personas? Sólo Dios, enfatizó Anna Smith y remarcó: “Si miro hacia atrás, estoy agradecido por la angustia de este viaje. Dios nos estaba moviendo a su propio ritmo y nos madura con ello porque siempre hay otro camino de fe”.-