El pasado 16 de abril, un terremoto de 7.8 grados sacudió Ecuador y afectó, según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, a más de un millón de personas. El pastor José Romero, secretario de las Asambleas de Dios del país, hizo un llamado de oración por los afectados durante el servicio dominical.

“Hoy es un día de luto nacional. Decenas de nuestros compatriotas han perdido la vida, centena de ellos hoy están heridos, la ciudad nuestra y vías destruidas. Así que es un momento para que nosotros como Iglesia en este mañana -aprovechando que estamos delante del Señor, invocando su nombre, adorándole- podamos unirnos en oración a favor de cada una de aquellas familias que perdieron a sus seres queridos, sus bienes y que hoy están batallando en una incertidumbre de qué será para ellos”, dijo el pastor.

Aún no se determina cuantas iglesias cristianas han sido afectadas, el número de muertos y daños materiales que ocasionó el desastre natural. “Con los que hemos podido comunicarnos, han manifestado estar bien con sus familias y las congregaciones. Sin embargo, ellos han tenido que ser evacuados. Están pasando este momento de dificultad conmocionados y piden oración”, dijo Romero.

Según el último recuento oficial del Gobierno, hasta el momento se registran 570 muertos y más de 4.000 heridos debido a la magnitud del terremoto. No se descarta que este número se incremente en el transcurso de las horas. La Corporación Nacional de Capellanes Cristianos (CONACCE) al servicio de Dios, acudió al lugar del desastre para brindar ayuda a las personas. El general Carlos Arroba, director internacional de CONACCE, afirmó que aproximadamente 500 capellanes de varias provincias se encuentran trabajando en la zona.

“Acabo de comunicarme con los pastores de Bahía de Caraques y dicen que todavía siguen sacando muertos allá y que no hay medicina, no hay agua. Y Badilla está un poco descuidada, porque todo está enfocado en Pedernales y si podemos llegar hasta allá, sería la bendición grande, porque la gente allá está muy desesperada”, indicó Katty Elisa Lamilla, representante de CONACCE.

Por su parte, ciudadanos de diferentes partes del país se organizan para brindar ayuda a las víctimas. Albeiro y Michel Rodríguez del Grupo Especial de Ayuda Humanitaria de Tulcán, son cristianos y están listos para trasladarse a Pedernales, una de las zonas más afectadas por el terremoto. “Lo sucedido tiene un propósito y Dios no nos deja solos. Todo es parte del plan de Dios y los planes son perfectos”, comentó Michel.

Mientras tanto, la Iglesia se organiza para apoyar con ayuda espiritual, víveres, vituallas, medicinas y agua a los damnificados.

“Desde hoy en la madrugada estamos orando y también, porque no solo puede ser la oración, estamos planificando con nuestro ministerio Manos Extendidas la ayuda que podemos dar”, comentó Irene Romo, líder del Centro Familiar Cristiano.

El Gobierno declaró al territorio ecuatoriano en estado de excepción y a seis provincias de la costa en emergencia. El epicentro se registró en Pedernales, Santo Domingo y Esmeraldas a las 18hrs con 58 minutos, según informó el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional del Ecuador. Desde ese momento la Iglesia se mantiene en oración.