Kent Brantly, el doctor cristiano quien casi pierde la vida después de contraer el virus del Ébola mientras trabajaba en Liberia, anunció que Dios le ha llamado de regreso a África para seguir con su trabajo misionero en la medicina.
Durante una entrevista reciente con The Christian Chronicle, Brantly anunció que él, junto con su esposa, quien es una enfermera registrada, y sus dos hijos, irán a la nación Sudafricana de Zambia.
«Hemos pasado tiempo orando y ayunando y hablando juntos sobre esto», dijo Brantly, «y Dios realmente ha abierto las puertas en cada paso del camino».
«Han sido cinco años de sanación emocional y espiritual y también de crecimiento espiritual. Creo que durante estos cinco años he crecido y he sido equipado en formas en las cuales no estaba equipado antes de ir a Liberia».
En julio del 2014, Brantly, quien estaba sirviendo en Monrovia con El Bolso del Samaritano, una organización de cristiana de ayuda, contrajo Ébola – también conocida como la fiebre hemorrágica del Ébola – mientras que atendía a los pacientes enfermos. Se le dio una medicina experimental llamada ZMapp y fue transportado vía aérea de regreso a Estados Unidos donde pasó tres semanas en cuidados intensivos en el Hospital Universitario Emory de Atlanta.
Brantly previamente le dijo a The Christian Post que su fe le permitió permanecer tranquilo después de que Lance Plyler, director de la Misión Médica Mundial, la rama médica del Bolso del Samaritano, le diera el devastador diagnóstico.
«Realmente tomé como una bendición de Dios el hecho de que yo haya respondido como lo hice», dijo él. «Si hubiera sido en otro día cualquiera de otra semana cualquiera, tal vez no hubiera respondido de la misma forma».
«…En los días previos a mi diagnóstico, tuve tiempo para reflexionar y leer la Escritura y pensar sobre la situación en la que nos encontrábamos. Estuve aislado por tres días antes de recibir los resultados de mi diagnóstico, así que durante ese tiempo, pude entrar en un estado mental con una perspectiva de que era lo que estaba haciendo allí. Y creo que fue un regalo de Dios que transformó la forma en la cual yo respondí a la situación así que cuando recibí mi diagnóstico dije, ‘Dios, solo vine aqui a servirte; sólo quiero que seas glorificado’. y creo que Él respondió esa oración».
Cinco años después de la terrible llamada telefónica, Plyler una vez más le llamó a Brantly – esta vez pidiéndole su ayuda en un área rural que tiene pocos doctores.
Ahora, Brantly planea trabajar en el Hospital de la Misión Mukinge, un edificio con 200 camas, el cual está aproximadamente a 161 kilómetros del supermercado más cercano. Los Brantlys se asociaron con una organización llamada Christian Help Service Corps (Cuerpo de Servicio de Ayuda Cristiana) y se han comprometido a ayudar por lo menos dos años en el hospital.
Del 2014 al 2016, el brote de Ébola en el África Occidental tomó las vidas de 11,325 personas, esto de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud. Brantly, quien apareció en la portada de la revista Time titulada «Los Luchadores del Ébola» así como también fue la Persona del Año 2014 en la misma revista, dijo que está agradecido con Dios por salvar su vida – y ahora desea «vivir una vida que sea fiel al llamado que Él me ha dado».
«En estos momentos, pienso que eso significa mudar a mi familia a Zambia para servir en el hospital de misiones cristianas – para servir a los pobres y tener compasión por las personas en necesidad y participar en el trabajo de Dios de hacer todas las cosas nuevas y reparar las cosas rotas en este mundo», dijo él.
Los Brantlys documentaron su prueba en el libro: Llamado para la Vida: Como Amar A Nuestro Vecino Nos Llevó Al Corazón De La Epidemia Del Ébola. El doctor dijo que durante su estancia en Estados Unidos, él y su esposa «realmente trataron de usar la plataforma para pedir ayuda para las personas de África Occidental» y «compartir el mensaje con toda la sociedad, pero particularmente con la iglesia, sobre la importancia de escoger la compasión por encima del miedo».
Brantly le pidió a sus partidarios que «se unan a su familia en oración» conforme ellos «se embarcan en éste nuevo viaje».
«Estamos confiando que Dios ha abierto las puertas y Él allanará el camino», dijo él. «Si hay agua caliente nosotros estaremos bien».