Diez días después de que el Ciclón Idai dejara por lo menos 750 muertos y más de 100,000 peleando por sobrevivir en Mozambique, Zimbabue y Malawi en la costa sureste del Océano Indio de África, oficiales del gobierno y otras personas buscan ser consoladas por Dios en los servicios de adoración del Domingo.
Le dijo el domingo, un oficial del gobierno, a Reuters que el número de muertos en Mozambique subió a 446 de 417 que habían sido reportados inicialmente. Agencias de Naciones Unidas sugieren que entre 154 y 259 personas murieron por el ciclón en Zimbabue y otras 56 en Malawi.
El Presidente Emmerson Dambudzo Mnangagwa de Zimbabue le dijo el domingo a su país durante un servicio en la Iglesia Metodista de Mabelreign, Hare; que el número de muertos está aumentando y podría alcanzar los 200.
“Algunos ciudadanos fueron arrastrados a Mozambique y debido al estado de descomposición de sus cuerpos, hemos acordado que serán sepultados en Mozambique. Algunos pudieron haber sido arrastrados al océano”, así lo reportó él de acuerdo a 24 News. Mnangagwa declaró dos días de luto por las víctimas y le dijo a sus compatriotas que es en tiempos como estos que las personas deberían buscar a Dios.
“Como personas, nosotros no sabemos nada. Solo conocemos algo después de que ocurra pero Dios lo conoce todo, incluso las cosas futuras. Job perdió a todos sus hijos y su riqueza pero nunca le dio la espalda a Dios”, dijo él.
“Deberíamos aceptar esto a pesar de que sea difícil, incluso para mí. Algunas veces le preguntamos a Dios porque Él permite que pasen cosas como estas y también si Él todavía existe. No podemos decirle a Dios que hacer sino aceptar lo que Él ha hecho. Oremos y busquemos a Dios mientras podamos ya que un desastre puede ocurrir en cualquier momento y en diferentes formas. Todos somos pecadores y tenemos que ir a Jesús mientras estemos vivos”, continuó él.
En Mozambique, incluso conforme el número de muertos seguía aumentando hasta el domingo, los adoradores se reunieron en iglesias que fueron azotadas en el devastado puerto de Beira donde la tormenta de categoría 2 tocó tierra.
“Le pedimos a Jesús que nos protegiera, para que esto no vuelva a pasar”, dijo a Reuters una mujer cristiana, Maria Domingas de 60 años, quien sobrevivió después de que los árboles cayeran sobre su casa y el agua llenara su recamara.
Oficiales del gobierno en Mozambique dijeron que el ciclón afectó 531,000 personas y 110,000 personas están viviendo en campamentos improvisados. Después del servicio en Zimbawe, el secretario general de la Iglesia Metodista, Reverendo Jimmy Dube dijo que era el rol de la iglesia intervenir en tiempos de dolor. “Las víctimas han recibido comida, ropa, medicinas y todas las cosas materiales pero la iglesia debería ayudarlos a sobrellevar su dolor, para que no se derrumben por dentro”, dijo Dube.
“Las personas están tratando de sobrellevar el dolor y el enojo. Le preguntan a Dios la razón por la cual sucedido esto y porque Él permaneció en silencio y nunca los alertó. Algunos de ellos incluso preguntan si hay [un] Dios mientras que otros le preguntan a Dios porque las personas han muerto en la inundación si Él había hecho un pacto de que no destruiría a la humanidad por medio de inundaciones”, continuó él. “No tenemos las respuestas. Hoy es un día importante que nos permite sanar. No podemos continuar como si nada hubiera pasado. Tenemos que unirnos para expresar nuestro dolor y Dios nos sanará del trauma. La iglesia debería ayudarnos a recoger las piezas rotas”.