Ha pasado casi un año desde que Rusia avanzó en su invasión, irrumpiendo en Ucrania y desplazando a millones de personas. En medio de la continua devastación vista a lo largo de Ucrania, un grupo de Cristianos, motivados por el deseo de ayudar al prójimo, se puso en lamlknea de fuego proveyendo ayuda en medio de la necesidad.

La Misión de Jesús, una organización misionera cristiana que se une a iglesias locales para evangelizar, discipular y ministrar al perdido, está parado en la brecha para distribuir ayuda a las aldeas remotas impactadas por la guerra.

En una entrevista, un misionero de la organización, Andy Zeissman, dijo que en las primeras semanas de la guerra, la misión envío múltiples vehículos con recursos para las zonas de guerra activa en Ucrania – algo muy riesgoso pero esencial para la misión.

“Siempre dijimos que queríamos estar en la línea de crisis, y debido a nuestra relación con la gente de Ucrania, no tuvimos otra opción más que involucrarnos y convertirnos en parte de la solución”, dijo. “La expresión del riesgo, y la voluntad de arriesgarse, abre puertas para el Evangelio y para que éste llegue más lejos que cualquier otra cosa”.

Con siete transportes, misioneros de la organización han entregado cerca de 1 millón de libras de alimentos dentro de las 5 millas de ocupación rusa- “y el objetivo es seguir llevando comida a la línea de fuego siempre que se pueda”, dijo Zeissman, agregando: “Cuando vamos a las aldeas no tienen comida, tampoco agua ni electricidad en la mayoría de los casos”.

Una parte crucial del trabajo del ministerio es unirse a Iglesias locales para proveer ayuda y discipular a los nuevos creyentes. Zeissman remarcó que sin la iglesia local, el grupo misionero sería “irrelevante”.

“Tratamosnde que La Misión de Jesús no sea la más reconocida”, dijo. “Entramos a Ucrania, tenemos nuestros transportes que dicen “Vehiculo se Ayuda La Misión de Jesús”, pero más allá de eso, trabajamos con la iglesia local, porque así se beneficia más a las personas. Simplemente trayendo alimentos, podemos equiparlos para la gran jugada, para el trabajo a largo plazo”.

“Ellos hablan el idioma, conocen la cultura” continúo. “En un sentido, le traemos a la gente alimento físico, pero si trabajamos a través de la iglesia local, la gente se alimenta el doble, pues puede acceder al alimento espiritual. Así que facilitamos que la iglesia de Ucrania llegué a dónde nosotros vamos”.

Pierce Westfall, director ejecutivo de La Misión de Jesús, dijo que escuchó historias de miles de personas que conocieron a Cristo gracias a el alimento proporcionado en sus regiones y distribuidos por las iglesias locales.

“A través de la iglesia local, somos capaces de ver discípulos creciendo cada día. Y eso continúa a través de las relaciones que se van construyendo”,dijo.

Para alentar a la Iglesia de Occidente a ayudar a aquellos en necesidad, tanto en su lugar como en el mundo entero, La Misión de Jesús lanzó un documental: “Dentro de Ucrania: Una Historia De Ser La Iglesia en Zona de Guerra”, que captura la misión de entregar alimentos en la línea de fuego.

El documental muestra los viajes a las aldeas bombardeada, revelando la devastación experimentada por el impacto de la guerra. También muestra la intimidad de los misioneros que han trabajado en Ucrania por años.

“Ir a Ucrania y ver las familias, oírlas de primera mano te cambia”, dijo Zeissman.

“Me senté con una joven de 19 años que mencionó que el año pasado había tratado de huir. Le preguntamos qué necesitaba, le dijimos que podíamos sacarla de allí. Pero dijo que si se quedaba aún tenía esperanzas. Le preguntamos qué significaba eso, y dijo que irse era rendirse. Ella rompió en llanto y reveló que recientemente se había casado, y su esposo no podía dejar el país. Estaba en la línea de batalla”.

“Su esperanza no era salir del país, su esperanza era que su esposo regresará” continúo. “Cuando conoces gente así, como puedes quedarte sin hacer nada. Las historias no acaban”.

Pero el documental también resalta la fidelidad de Dios aún en las peores circunstancias. La fe y resiliencia de la Iglesia es enfatizada, como Cuerpo de Cristo se mueve para ayudar a otros.

“Hemos visto hombres y pastores llorar como niños porque el milagro que le pedían a Dios se cumplía, recibían el alimento y ayuda que habían estado esperando”, dijo Westfall. “Dios haciendo cosas. Ver personas llorar, literalmente de rodillas, rogando a Dios por su alimento diario y entonces apareces y eres parte de la solución -es increíble. Hay miles de historias como está. Cuando ves la devastación, también ves la gloria de Dios moviéndose en medio y redimiendo como solo Él puede hacerlo”.

Reflejando algunos de los errores de concepto que los occidentales tienen acerca de los refugiados, Westfall dijo que a veces, estos pueden ser olvidados, inclusive por años después de ser desplazados.

“Creo que una de las presunciones es que el gobierno aparecerá para resolver el problema. Pero en realidad, esas personas han tenido un vuelco en sus vidas, no saben qué vendrá después… muchos sueñan con retomar sus vidas en América; otros esperan regresar a sus hogares, pero no tienen oportunidad pues sus hogares fueron destruidos”.

“Estas personas esperan regresar a sus hogares con sus familias”, agregó. “Creo que la iglesia debe ser compasiva hacia este deseo. Y en lugar de simplemente ofrecerles que cambien por completo sus vidas en una nueva nación, la iglesia debe buscar los medios para restablecer lo destruidos, como sea posible”.

A través del documental, La Misión de Jesús espera motivar la compasión entre los creyentes y permitir que se pongan en acción, ya sea a través de la oración, la donación o el trabajo voluntario.

“Es el sueño que nos volvamos más compasivos”, dijo Westfall. “Cualquiera de nosotros puede tomarse cinco minutos y aportar ayuda en las áreas en crisis”.

“Nuestra esperanza es que el mundo vea a la Iglesia Ucrania cómo personas llenas de compasión y lo más importante, es que los vean en acción”, agregó. “Nuestro anhelo es que la gente servirá a sus vecinos, y tomarán acción al ver al que está en sufrimiento”.