Hoy muchas iglesias están recibiendo subsidios del estado, y otras iglesias están tramitando conseguirlos, ahora me pregunto ¿Cómo podemos medir nuestra caridad y nuestra entrega si al recibir ayuda financiera solo nos transformamos en simples administradores?
Cuando la Biblia nos habla de ayudar, lo dice con la idea de que seamos nosotros mismos quienes con un espiritu de deprendimiento seamos solidarios con los que menos tienen.
Dios nos pide que compartamos lo que tenemos. El mismo dice te bendecire y serás de bendición, muchos tal vez lo hagan por falta de fe y caminando por los pasillos gubernamentales esten demostrando no tener un Dios grande y poderoso que todo lo puede.
En la Biblia encontramos muy claro este concepto: El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Efesios 4:28
La generosidad no es algo que nos salga facilmente, debemos ser reeducados, desde pequeños somos propensos a retener lo nuestro y a no querer compartirlo.
Al pedir donativos se debe aclarar que se debe dar lo que esté en buenas condiciones, no lo que nosotros no podemos usar más porque no está utilizable.
Hebreos 13:16: Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios. Muchas veces el dar es un sacrificio, porque desprenderse de algo propio cuesta mucho.
Se debe educar a los hermanos en las congregaciones sobre esta tarea que se viene realizadando desde la iglesia primitiva, atendiendo a los que menos tienen.
Se que los pastores que realizan tareas con ayuda financiera de los gobiernos nacional o municipal, lo hacen con toda descencia, pero podriamos dejar la puerta abierta a los que lleguen para hacerlo solo por quedarse con un retorno de una obra tan altruista.
Alentemos a los hermanos a dar, porque es otra de las maneras de demostramos como creció nuestra fe, porque la fe sin obras es muerta en si misma.
Luis Dominguez