Una nueva encuesta revela que los jóvenes adultos cristianos tienden a dar tres veces más dinero para caridad que sus pares no religiosos.
Una encuesta publicada por LifeWay Investigaciones, le preguntó a 905 jóvenes adultos de entre 25 y 40 años (millennials) acerca de sus hábitos monetarios. Entre los encuestados en el estudio, conducido en conjunto con Adelfi Institución Financiera Cristiana entre el 18 y 22 de enero, incluyó a un sub grupo de 495 cristianos.
En un comunicado que anunciaba los resultados, Scott McConnell de LifeWay Investigaciones explicó que «AdelFi estaba interesado en entender que diferencias existen en cómo los jóvenes cristianos manejan su dinero comparado con los no cristianos». Basado en los resultados del estudio, McConnell concluyó que «los cristianos son muchos más activos en tratar de hacer el bien con sus finanzas».
«Uno esperaría que los cristianos dieran mas que los no religiosos a iglesias y organizaciones religiosas, pero si son más propensos a donar a 3 o 4 organizaciones sin fines de lucro», agregó. «Mientras que el promedio de generosidad financiera de los jóvenes adultos cristianos es notable, hay un grupo grande que no práctica la creencia de dar en su iglesia local».
LifeWay Research Investigaciones indicó que «el típico joven adulto cristiano dona tres veces más que los no religiosos al año ($1820 va $555)». Adicionalmente, los jóvenes cristianos tienden a dar más a la iglesia local (37%) que sus pares no creyentes (8%). Mientras que el 28% dona a organizaciones religiosas, los no creyentes lo hacen en un 11%.
Como indicó McConnell, las disparidades en dar a la caridad entre los cristianos y no cristianos, los jóvenes adultos se extienden más allá de sus iglesias y organizaciones religiosas locales. Cerca de la mitad (47%) de los jóvenes adultos encuestados reportaron que no donan a «familias o individuos en necesidad». En comparación, la mayoría de los no creyentes jóvenes adultos (62%) tampoco donan de esa manera.
Mientras que tanto los creyentes como los no creyentes no dan para las campañas de GoFundMe, un número alto de no creyentes (80%) declina en contribuir a plataformas cristianas (73%). El porcentaje de los no cristianos que no dona «a organizaciones no religiosas o educativas» (80%) excede la proporción de creyentes (71%) que tampoco contribuyen en dichos grupos.
Al contabilizar el total de donaciones, los jóvenes cristianos (45%) dan más que los no creyentes (30%) para caridad. Los participantes también hablaron de cómo gastan su dinero.
La mayoría de los creyentes (59%) de los jóvenes adultos cristianos dijeron que compran en compañías que honren a Cristo. La mayoría de los creyentes (56%) citaron que daban a su iglesia local como un mandamiento bíblico.
La abrumadora mayoría de jóvenes cristianos (69%) decían tener una obligación de manejar bien sus finanzas. McConnell no se mostró sorprendido por las estadísticas: «la mayoría de los jóvenes son financieramente responsables, y la mayoría de los creyentes ve esa responsabilidad conectada a su fe».
Sin embargo, una pequeña parte de los jóvenes adultos (48%) cree que los cristianos «tienen una responsabilidad de hacer negocios con compañías operadas por cristianos». El 44% de creyentes respondió de forma afirmativa cuando se les preguntó si su fe influía en sus decisiones financieras. Sólo el 10% de los creyentes mencionó líderes que los guiaban en lo financiero.
Reaccionando al rol de nuestra fe en las decisiones financieras, McConnell dijo: «los jóvenes adultos están bien conscientes tratando de hacer la diferencia en la sociedad a través de su dinero», y agregó: «los jóvenes adultos cristianos no son la excepción».
Según McConnell, «la mayoría de sus decisiones están guiadas por el deseo de honrar a Cristo y dar pasos saludables en lo financiero, mientras buscan ayudar a compañías buenas».
El estudio tiene un margen de error de +/-3.5 puntos y el 95% de intervalo confidencial. Los resultados reflejan estudios anteriores también.
Un estudio de 2012 de Crónicas de Filantropía mostraron que los no religiosos dieron significativamente menos dinero para caridad que los cristianos en Estados Unidos. Similarmente, Arthur Brooks del Instituto American Enterprise determinó que «la asistencia a la iglesia» era una de las fuerzas «de los americanos detrás de la caridad» en su libro Quien Realmente Se Interesa.
Sin embargo, un estudio de 2015 por la Academia de Biología sugirió que los niños criados en hogares no religiosos eran más propensos a practicar caridad que los criados en hogares religiosos. El científico Tom Trinko remarcó que en los estudios, los términos ‘no-religiosos’ y ‘ateos’ eran usados indistintamente, lo que podía llevar a una confusión.