En China, se viven horas de extrema angustia. Numerosos creyentes en la provincia de Zhejiang, continúan su lucha, luego de que funcionarios del Gobierno, derribaran más de 1.500 cruces de los edificios de las iglesias.

Según las informaciones, miles de cristianos chinos oran y lloran cuando ven que la cruz de su iglesia es derribada. Es una situación de profunda congoja.

Otros creyentes ponen en riesgo su propia vida, al atarse a las cruces para evitar que sean arrancadas de los templos. Pero, esto se torna muy grave ya que es un acto de desobediencia al orden civil establecido por el Gobierno de China.
En otra clara muestra de disconformidad por el accionar de las autoridades, otros ciudadanos cristianos de este país, también denominado “El gigante asiático”, construyen a destajo cientos de cruces de madera, las pintan de color rojo y las colocan en la parte superior de sus casas.

Estos hechos tienen lugar en el marco de la campaña nacional que China lleva adelante contra abogados y defensores de los Derechos Humanos. Como consecuencia de esta Campaña, más de 200 personas ya han sido detenidas desde el 9 de julio pasado.

Este es un tema que ha trascendido las fronteras chinas y es por ello que en los Estados Unidos, el congresista de Nueva Jersey, Chris Smith, manifestó: “El gobierno del presidente Barack Obama debería abordar este tema como una prioridad en oportunidad de la visita que el presidente de China, Xi Jinping, realizará a los Estados Unidos, en septiembre próximo”.

Asimismo, Smith señaló: «El tema de la libertad religiosa podría ser oportuno abordarlo durante esta cumbre e incluso, -remarcó- atender prioritariamente varios temas con respecto a la relación bilateral entre Estados Unidos y China”.

Es probable que el abordaje que pretende el congresista Smith sea un imposible, debido a que el presidente Xi Jinping, ya se ha pronunciado enfáticamente en contra de los Derechos Humanos; e incluso ha dado sobradas muestras de toda su gran autoridad, toda vez que los ciudadanos chinos han manifestado claramente su disidencia en contra de sus lineamientos gubernamentales.