Cristianos chinos no tienen opción pero igualmente luchan por su fe, enfrentando al gobierno comunista que trata de reescribir la Biblia, según advierte un organismo que lucha contra la persecución cristiana.

«La Iglesia China necesita moverse de su zona de pasividad y vivir activamente su fe en cada paso que da, incluyendo el levantarse en reclamo sí el gobierno chino decide ‘editar la Biblia'», dice David Curry, CEO de Puertas Abiertas.

Curry agregó que la iglesia no puede quedarse al margen ante tal peligro.

«Pienso que se debe hacer un llamado. Creo que es un asunto de oración y debemos hacer saber a la gente alrededor del mundo que estamos comprometidos,» remarcó. «Cuando los cristianos son perseguidos, debemos levantar nuestras voces para ser oídos.»

Bob Fu, fundador de ChinaAid, reveló en septiembre en Washington DC que el plan comunista de reescribir la Biblia, formar parte de una iniciativa para ‘crear un cristianismo comunista’ y así hacerlo más compatible con la ideología de estado.

Fu advirtió en su testimonio escrito que la serie de nuevas regulaciones, impuestas en febrero, implican que los sitios de actividades religiosas deben ‘aceptar la guía, supervisión, e inspección de los departamentos relevantes del gobierno respecto al manejo de personal, finanzas, contaduría, seguridad, protección contra incendios, protección de patrimonio, salud y prevención de enfermedades entre otros.»

Parte del plan también incluye esfuerzos por traducir nuevamente el Viejo Testamento de la Biblia, y proveer nuevos comentarios al Nuevo Testamento, y así darles una perspectiva de ideales comunistas. Los escritos budistas y las enseñanzas confucionistas también sufrirían cambios similares.

«Hay comentarios del Nuevo Testamento que no deberían lucir tan inclinados al pensamiento occidental, sino más bien reflejar el pensamiento de la ética China y del socialismo,» dijo Fu.

«La manera de lograr esto es reescribiendo el Viejo Testamento y dándole al Nuevo Testamento, comentarios reinterpretados.»

China ha estado por años arrestando pastores, cerrando iglesias y congregaciones, y removiendo cruces.

«Están tratando de forzar el cierre de las congregaciones que no están aprobadas por el gobierno por no seguir sus regulaciones. En aquellas instituciones aprobadas, el estado vigila sus sermones, y todas sus actividades, y lentamente las va convirtiendo en ‘iglesias chinas’ y no ‘iglesias de Jesús’. Justamente, ese es el objetivo de las autoridades.»

Bajo el temor de que más de 2000 iglesias sigan siendo presionadas hasta cerrar, o sean obligadas a jurar lealtad al partido comunista, el CEO de Puertas Abiertas:

«El gobierno intenta hacer estas cosas. Lo que importa es que la Iglesia se mantenga firme siguiendo a Jesús en primer lugar, no a los gobiernos; y luchen por ello.»