La Corte Paquistaní ha ordenado el regreso de una adolescente cristiana, quién había sido raptada y forzada a casarse con un musulmán en marzo, y donde resultó golpeada y abusada también, según reportaron las organizaciones de derechos humanos.

Shalet Masih, de 15 años aproximadamente, fue rescatada por la policía de la casa de su captor, Zafar Iqbal, el pasado miércoles.

Masih contó que fue raptada el 25 de marzo, de la casa de su familia en Faisalab, Paquistán, la tercera ciudad más poblada del país.

La joven contó que fue llevada con engaños hasta la casa de un amigo de su hermano, y luego vendida a una familia musulmana vecina como esclava.

Después de que la familia de Masih y las organizaciones de derechos humanos presionaran a la policía a actuar, una mujer llamada Rukhsana fue arrestada.

La mujer confesó ante la policía haber vendido a Masih a un hombre que ella conocía y que estaba involucrado en el tráfico sexual. Sin embargo, la mujer no podía determinar donde se encontraba la joven en ese momento.

Una semana después, la familia recibió un certificado de matrimonio falsificado, que pretendía probar que la muchacha se había casado y convertido al Islam.

Cuando la policía llegó al lugar el hombre ya había huido. Después de que los oficiales pusieran a salvo a Masih, ella pudo comunicarse con sus padres, quienes viajaron para reencontrarse con ella.

Masih contó que la forzaron a convertirse al Islam, la golpearon y abusaron, además de torturarla en repetidas ocasiones. Le rogó al juez que la dejara volver con sus padres.

La justicia estableció que debía volver con sus familiares para poder iniciar su recuperación.

«He sido abusada y violada por mi captor, pero eso no ha quebrado mi espíritu,» dijo Masih en una entrevista. «Testifiqué en la Corte y lo seguiré haciendo hasta que ese monstruo sea encarcelado y no vuelva a atacar a nadie más».

Según se supo, el nombre de la víctima fue cambiado luego de que regresara a la casa de sus padres por su seguridad.

«Que la víctima pueda volver a su hogar es algo grandioso, pero no es suficiente. Los captores deben ser juzgados,» dijo uno de las organizaciones de derechos humanos. «Es importante castigar a quienes están involucrados en estos negociados donde el producto es una persona».

“Aun existen muchas niñas en cautiverio, esperando ser rescatadas de una vida de esclavitud y torturas. Las niñas cristianas debemos ser protegidas tanto como las niñas musulmanas».