De igual manera, el atleta que participa en una carrera no puede ganar el premio si no obedece las reglas de la competencia. 2 Timoteo 2:4.
Ahora con la transmisión directa de los juegos olímpicos, a pesar que se hacen del otro lado del mundo, podemos ver en directo todos los preparativos en detalle de como son los instantes previos y posteriores de su participación, de cualquier atleta en sus diferentes disciplinas.
Sin ser especialistas en los diferentes juegos, viendo el desarrollo, vemos que todo constan de ciertas reglas que son las que deben ser cumplidas para lograr la medalla de mayor valor. También notamos como la destreza debe ser acompañada por el la obediencia.
La vida cristiana es una gran carrera que tenemos que desarrollar, pero debe ser respetando las reglas que se nos presenta. Muchos han caído en el desánimo sin notar que muchas metas no son alcanzadas por no correr legítimamente. Esforcémonos y sigamos corriendo que el premio es importante.