El ser humano se pasa la vida buscando la «felicidad», camina y camina esperando encontrarla, se esfuerza y hasta paga por conseguir su porción de felicidad y alegría en esta tierra.
¿Cuál es el secreto tan bien guardado, que por más que uno se esfuerce parece nunca encontrarla?
Hay quienes ya han desistido en su búsqueda, otros hasta predican que es imposible encontrarla en esta triste tierra. Mientras otros ofrecen como encontrar la Felicidad con cursos costosos o soluciones efectivas pero de dudoso éxito.
La Biblia en uno de sus poemas mas antiguos nos dice:
Salmos 4:7: Tú diste alegría a mi corazón, Mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto. Salmos 4:7.
Sin duda acá encontramos una importante afirmación con un tremenda descubrimiento.
Primero que la alegría no es algo que nosotros podemos conseguir, por más esfuerzo que pongamos, es Dios que brinda la «Mayor Felicidad».
También encontramos que a diferencia de los que están felices cuando los resultados son buenos y hay abundancia, la alegría que Dios nos da la supera porque no está sustentada en un momento de prosperidad, sino que es continua por ser un regalo suyo.
Muchas veces las cosas más importantes se presentan en la forma más sencilla, y parece imposible que algo tan valioso como la felicidad uno la pueda conseguir sin ningún esfuerzo, ni haciendo un pago oneroso por el mismo.
¿Seguirás intentando con tu esfuerzo o querés esta Felicidad hoy?
El regalo de la Felicidad que Dios te desea hacer, es la entrega de su propio Hijo en tu corazón. Requiere de una respuesta de tu parte y podés aceptar o rechazar el ofrecimiento que te hace él mismo. A partir de tu aceptación el vendrá a tu vida y traerá la felicidad que durante tanto tiempo deseabas, hoy puede ser un día diferente en tu vida. Si tu respuesta es si, con tus propias palabras y sin ninguna frase hecha, pedile a Dios que envíe a su hijo Jesucristo a vivir en tu corazón.
Que Dios te bendiga.