La pesca es la forma central de subsistencia entre la gente Shilluk. Ellos comen pescado, venden pescados ¡y se duermen pensando en pescados! La pesca es todo para ellos. Un esposo tiene el derecho legal de divorciarse de su esposa, si ella no cocina la cabeza de pescado y se la sirve correctamente.
Los niveles de alfabetización en el Sur de Sudán son muy bajos -sólo el 30% de los hombres y el 10% de las mujeres saben leer y escribir. El pueblo Shilluk (también conocido como los Collo), quienes fueron gravemente afectados por la guerra civil, están entre los más pobres y menos educados del país. Esa es la razón por la que la Sociedad Bíblica, que publicó la primer Biblia en Shilluk en 2013, recientemente inició un programa de alfabetización en la ciudad de Kodok, capital Shilluk.
Recibidos con poco entusiasmo
Pero esto no fue recibido con gran entusiasmo por los Shilluk, aún cuando fue promovido por dos Shilluk cristianos: el profesor Twong Yolong Kur, Presidente de Collo Language Council, y Peter Majwok, Elder de la Iglesia Presbiteriana en el Sur de Sudán.
Visto con desinterés y resistencia, y pesar de que se les explicó los múltiples beneficios de la alfabetización, el Prof. Yolong tuvo un golpe de inspiración: decidió usar las mismas Escrituras como métodos de persuasión – ¡particularmente los textos relacionados con la pesca!
Cuando el leyó en voz alta Marcos 1:17, «Jesús les dijo: «Síganme, y yo haré de ustedes pescadores de hombres.», y Mateo 14: 16-21 donde cerca de 5,000 personas fueron alimentadas con dos peces y cinco panes, el remarcó que las personas estaban sentadas y escuchando con mucha atención. Mucho después, comenzaron a asistir a las clases de alfabetización.
Dos peces por la misma carnada
«¡Pesqué dos peces con la misma carnada!» dijo el Prof. Yolong. «Algunos se unieron a las clases de alfabetización y otros se convirtieron a Cristo y fueron bautizados.»
Yolong destacó que otras Escrituras acerca de peces no tuvieron tanto impacto entre algunos Shilluk.
«Les leí la historia de Jonás y como estuvo en el estómago de la ballena por tres días. Muchos se rehusaron a creer o aceptar esa historia.»
Pero cuando oyó la historia, Yoane Ajak, quien había crecido durante la primera guerra de Anyanya (1955-1972), le dijo al Prof. Yolong, “Nosotros comemos peces, esos peces no comen personas. ¿Qué clase de pez es éste?» Intrigado, se unió a las clases de alfabetización, y se convirtió al cristianismo. Ahora es asistente en las clases.
También adquirió una copia de la Biblia Shilluk, la que esta leyendo regularmente y donde encuentra esperanza. «Esta guerra está haciéndonos sufrir, pero algún día llegará el arrepentimiento y se acercarán a Él, entonces la guerra terminará,» dijo Yoane.
Mucho coraje
Se necesitó mucho coraje para que la ama de casa Ozoonwa Nyumbe asistiera a las clases de alfabetización, pero ella persistió y se siente orgullosa de tener su propia Biblia y leerla en voz alta en la iglesia.
«Cuando empezé a ir a las clases muchas personas pensaban que eran una perezosa, tratando de evitar hacer mis tareas domésticas,» explicó ella. «Pero cuando escucharon mis lecturas en los servicios de la Iglesia, ¡cambiaron sus críticas por alabanzas a Dios! Otras mujeres han comenzado a asistir también.»
Una de las principales causas de la guerra
Muchas personas educadas en el Sur de Sudán cree que el analfabetismo es una de las principales causas de la guerra civil, que irrumpió en 2013. Durante la guerra en Sudán, cuando el país era uno todavía, la educación en el Sur era virtualmente inexistente, la causa de que los niveles de analfabetismo son tan altos. Muchos en oficinas de alto rango no saben leer ni escribir, y la ignorancia se ha extendido como una enfermedad.
Aumentar la alfabetización en el país le da a más personas la chance de ser educadas y aprender acerca de perdón, y de lo bueno y lo malo. La iglesia y el gobierno necesitan trabajar mano a mano en este asunto. Nosotros, en la Sociedad Bíblica estamos por lanzar un proyecto para las iglesias. Creemos que las iglesias son la plataforma ideal para alcanzar a las personas y hacer una verdadera diferencia, y según el Prof. Yolong: «las iglesias tomarán el programa de alfabetización en serio.»