1. Amarlo
“Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. “
Juan 15:9-10
Amarlo a tu hijo por lo que es, nunca por lo que hace o llegue a conquistar.
Lo aceptarás como es, con sus errores y virtudes.

2. Que conozcan al Dios que yo amo
Con mi testimonio, mis gestos, mi trato diario, mis caricias, abrazos.
Ellos amarán al Dios de sus Padres, hasta que tengan un encuentro real con Jesucristo.

3. Nunca etiquetarlos ni compararlos.
Ni con otro hermano, pariente o amigo, con nadie.

4. Ser sinceros y genuinos.
Si nosotros lo somos ellos lo serán.

5. Enseñarles a perdonar.
Es un principio del reino de los cielos.

6. Mostrarles que del error se aprende
Ayúdale mediante preguntas y aclaraciones para que sea tu hijo quien llegue a sus propias conclusiones. ¡Enseña a pensar y no a repetir respuestas!

7. Desafiarlos a ser agradecidos.
Ayudando al prójimo: buscar juntos la oportunidad de servir a la sociedad
Ser amable con las personas de su entorno y sus compañeros
Todavía no saben hasta qué punto la amabilidad puede ayudarlos a ser felices, pero es bueno que empiecen a practicarlo. Tratar bien para que te traten bien.
Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. Mt 7:12

8. Logro personal
Los niños son más felices si consiguen sus objetivos por sus propios méritos. Debemos animarles en este sentido.

9. Independencia
La autonomía, fomentara un grado de confianza el día a día, por haberlo logrado solos y por su propio esfuerzo, sin que papá ni mamá lo hayan ayudado.

10. Pasar tiempo con ellos
Al levantarnos y al acostarnos, en el camino al colegio, etc.

11. Menos tecnología y más aire libre
Los niños de hoy viven demasiado conectados a la tecnología, como también lo estamos los adultos. Si desconectaran un poco de las pantallas y vivieran más al aire libre, se volverían niños más activos y sanos.