«Nací ciega en una familia que vivía en la aldea de Gooding en Kombissiri. Sufrí muchísimo durante mi niñez debido a mi discapacidad. Mi padre me rechazó, pues pensaba que yo no servía para nada. Él me abandonó y dejó la aldea para vivir en Ouagadougou, la ciudad capital.
Tuve tantas dificultades porque mis necesidades nomeran tomadas en consideración, como los niños de otras familias. No tenía ropa para vestir y nadie se preocupaba por mi. Todos pensaban que era un miembro inútil en la sociedad.
Pero un día mi tía le pidió a mi padre que regresara a la aldea a buscarme y me llevara a la capital. Ella me recibió en su casa y me enseñó las tareas domésticas, e incluso cocinar.»
Mi vida empezó a cambiar.
«Mi vida empezó a cambiar porque por primera vez me sentí aceptada y considerada de valor, como cualquier otra persona. Una persona cristiana de la Iglesia a la que asistía, me sugirió que aprendiera Braille en el Centro de Braille. Mi aplicación fue aceptada y pasé tres años aprendiendo Braille y otras habilidades prácticas, como manualidades, para poder autosustentable.
Después de esto, tuve la oportunidad de ser entrenada como maestra de Braille, y tomé dos cursos para tener mi calificación de docente. He estado enseñando en el Centro de Braille por dos años y estoy tan feliz de ayudar a otras personas como yo.»
Valiosa a los Ojos de Dios

Awa Bouda
«A menudo en África, la sociedad y aún los miembros de las familias de personas con discapacidades los llevan a la discriminación y la indigencia. Quiero ayudar a personas ciegas como yo a que no escuchen lo que se dice acerca de ellos, y que no permitan que su discapacidad los detenga de aprender y desarrollarse. Las personas con discapacidades son valiosas ante los ojos de Dios.
Gracias a la educación que recibí en el Centro de Braille, mi familia me aceptó. Mi padre me tomó en consideración y siento que soy útil en esta vida. Nada de esto hubiese sido posible sin el entrenamiento inicial en Braille que recibí.
Lo que más me llena de gozo es que puedo leer la Biblia. Cuando me siento triste, leo la Palabra de Dios y eso me devuelve la esperanza y el gozo. Formo parte del coro de la Iglesia y además comparto la Palabra de Dios en los servicios de la iglesia.
Estoy tan agradecida con la Sociedad Bíblica y su equipo por pensar en las personas visualmente impedidas, abriendo el Centro de Braille. Oro para que Dios use el centro para alcanzar a otros, entrenarlos y ayudarlos a disfrutar de la vida.»
Ora para que otros, al igual que Awa, puedan aprender Braille y transformar sus vidas.
La Sociedad Bíblica de Burkina Faso ha servido a las personas con discapacidades visuales por más de 18 años, y ha logrado reconocimiento nacional como una organización que ha hecho una gran diferencia en la zona.
El Centro de Braille recibe alrededor de 100 estudiantes cada año. Esto abre oportunidades para las personas ciegas de poder conocer la literatura, incluyendo las Escrituras, y así comenzar su educación. Además aprenden nociones de agricultura y manualidades, ayudándoles a integrarse en la sociedad y experimentar la dignidad de generar un ingreso y contribuir con sus familias y comunidades.
Algunos compañeros de Awa, se convierten en maestros, multiplicando así los beneficios a otros.
Los cursos duran seis meses y se les provee a los estudiantes de alimentos y hospedaje gratis. La Sociedad Bíblica espera construir un nuevo centro que les brinde mayor comodidad y calidad a los estudiantes. Por favor, ora para que Dios envíe los fondos necesarios para este trabajo vital.