El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba da lugar a un auge misionero en la isla. Los estadounidenses cristianos están emocionados porque ahora pueden ingresar más fácilmente a Cuba. Los cubanos cristianos por su parte, ya empezaron su propio movimiento misionero.

Un tsunami misionero surge en Cuba, mientras las iglesias estadounidenses se preparan para inundar la isla, impulsados por la mejora en las relaciones diplomáticas y en las condiciones de viaje.

«Si tenemos interés en Estados Unidos, específicamente en dos partes de la Iglesia. Por un lado, los líderes proactivos en la Iglesia americana los que quieres ser parte de lo que está pasando, los que quieren darle una oportunidad a sus miembros de que formen parte de algo emocionante como ir a un país que nunca han ido y llevar la Palabra. Por otro lado, están los que son de la diáspora cubana que vivieron allá y se vinieron para acá o que nacieron aquí y que ahora están pensando: ¿Qué podemos hacer para apoyar a nuestros hermanos?», dice Jason Carlisle, de International Mission Board.

Carlisle dice que el interés inició el año pasado cuando Obama quiso mejorar las relaciones con Cuba. Aun así, Carlisle y otros líderes son cautelosos. Ellos quieren que los estadounidenses actúen principalmente como aprendices y motivadores debido a que la Iglesia cubana está creciendo y puede compartir su experiencia con las iglesias estadounidenses. Su logro más clave: han fundado más de 15 mil iglesias en los últimos 20 años.

«Estamos en un tiempo increíble en Cuba. La verdad es que las oportunidades que hay son extraordinarias y lo que está pasando. Pero, claro Dios ha estado obrando en Cuba por mucho tiempo y quizás 15 años que hemos visto un crecimiento de la Iglesia que no se ha visto en otros lugares del mundo, mucho más aún que los movimientos que hemos visto en América Latina, tal vez no más grande que China, pero si es uno de los más grandes», indica Carlisle.

Una finca -propiedad de cristianos- muestra la pasión de la Iglesia cubana y su forma creativa para compartir el Evangelio. Los fondos de la finca sostienen a una escuela misionera que entrena durante un año a candidatos aprobados por la Iglesia y los envía a partes no alcanzadas de la isla.

«Nació en nuestro corazón, sembrado por el poder de Dios, la visión de establecer una escuela misionera», expresa el pastor «Juan», fundador la Escuela Misionera.

El pastor aprovechó un momento único en 2008, cuando el gobierno cubano le dio tierras a los agricultores. El tomó el terreno plagado de vegetación espinosa, para cumplir su visión de un ministerio auto-sostenible. Hoy, cerca de 100 egresados han establecido nuevas iglesias.

«No tenemos edificios, aulas, alojamientos o muebles lujosos y esto pudieran ser frenos para hacer la obra de Dios», indica el pastor «Juan».

Cuba

Y esa visión y pasión dan paso a un enfoque global.

A pesar de las limitaciones de recursos, la Iglesia cubana no se conforma con tan solo el crecimiento local. Varias iglesias están entrenando misioneros para enviarlos a otras partes de la Isla e incluso varios ya se encuentran en otras naciones.

«Cuba es un país misionero. De hecho, nos hemos estado preparando durante muchos años para enviar misioneros al mundo entero. ¿Cuál ha sido la piedra que no nos ha dejado? La economía», dice el pastor «Julio».

Cientos de cubanos han respondido al llamado de misiones foráneas. Una pareja salió a trabajar con un grupo no alcanzado a Ecuador.

Los misioneros expertos se asombran de cómo Dios ha preparado cristianos cubanos de forma única para el campo misionero. Para empezar, ellos entienden las dificultades.

«La necesidades que hemos vivido nos ha preparado para ese futuro que esta eminente, ahí bien cerca», asevera el pastor «Julio».

«Ellos han compartido el Evangelio bajo las condiciones más extremas y han encontrado que el Evangelio y Dios son suficientes. Esto es algo que necesitamos entender, que no es la situación económica, política y social lo que determina la efectividad del Evangelio», indica Carlisle.

Los cristianos cubanos también entienden el método simple de plantar iglesias.

«Una iglesia en casas, una iglesia sencilla de discípulos que se reúnen para compartir, crecer y para después diseminar, se puede reproducir en cualquier cultura y eso algo que ellos tienen bien claro», comenta Carlisle.

Los bautistas han traído a otros equipos misioneros latinoamericanos a Cuba a observar el movimiento de plantar iglesias. La idea es que si los cristianos latinoamericanos y norteamericanos reproducen el modelo cubano, la Iglesia moderna podría crecer de forma exponencial.

Fuente: Mundo Cristiano