Llegó la hora de empacar los artículo para el regalo de la caja de zapatos número 200 millones, los accesorio son elegidos para empacar en esta caja de zapatos especial y luego serán distribuido por los lugares más remotos del mundo donde habrá manitos esperándolas.

Cada caja que contiene regalos que cubrirán necesidades físicas como emocionales a los pequeños que las reciban. Pero hoy tenemos una buena noticia y es que en estos momentos se está empacando caja de zapatos de celebración de Navidad para una niña de 5 a 9 años, y se la entregarán en sus manos a pequeños ucranianos afectado por la guerra.

¿Cómo empezó todo?

«Que mi corazón se quebrante con las cosas que quebrantan el corazón de Dios». Bob Pierce escribió estas ahora famosas palabras en su Biblia después de visitar a los niños que sufrían en la isla coreana de Koje-do. Esta oración apasionada es lo que lo guio cuando fundó y dirigió el ministerio de Samaritan’s Purse en 1970. Su misión para esta organización era «satisfacer las necesidades de emergencia en áreas de crisis a través de las agencias misioneras evangélicas existentes y las iglesias nacionales».

Después de la Segunda Guerra Mundial, Bob Pierce viajó por toda Asia como evangelista y periodista. Mientras estaba en un circuito de conferencias universitarias en China, se topó con algunas mujeres valientes que vivían entre leprosos y huérfanos, sacrificando todo para compartir el amor de Jesucristo. A través de su amor desinteresado, Dios le dio a Pierce una visión para el ministerio. Se dedicó a encontrar y apoyar a otros cristianos que se preocupaban por los pobres y los que sufrían en los rincones más distantes del mundo.

En el verano de 1973, Bob Pierce conoció a su eventual sucesor, un joven estudiante aventurero llamado Franklin Graham con un corazón cada vez mayor por las misiones mundiales. Intrigado por sus muchas historias del campo, Franklin comenzó a pasar más y más tiempo con el experimentado estadista cristiano. En 1975, acompañó a Bob en una gira que cambió su vida por algunos de los campos misioneros más necesitados del mundo. Franklin vio la pobreza de las religiones paganas y la absoluta desesperación de las personas a las que esclavizan. Dios había capturado su corazón para las misiones.

Todo eso ayudó a que Franklin comenzara ya hace algunos años la tarea de llevar la bendición de las cajas de zapatos a la niñez en puntos estratégicos del mundo con un mensaje de Dios, y algunos regalos que no cambiará la vida del que lo recibe, pero será una bendición de parte de Jesucristo en esta próxima navidad.