Buscando a un musulmán que le debía dinero, Daniel Shayesteh, recordó que este tenía amigos cristianos, así que fue a la iglesia a buscarlo. Los miembros le dieron la bienvenida y se ofrecieron para tratar de ayudarlo a localizar al ladrón, por lo que siguió asistiendo, pero en lugar de hallarlo, encontró algo que no estaba buscando: el Dios cristiano.
Fue sorprendido con lo que estaba escuchando de los cristianos, su definición de Dios era tan diferente que lo cautivó por completo. Tuvo un encuentro con Dios a través de su Palabra.
Shayesteh ya no podía evitar la verdad y aceptó a Cristo descubriendo que podía tener la libertad de su pasado, de un dios que le inculcó el mal en el mundo y de una religión que lo alejó de su Creador.
Desde muy pequeño fue escogido para dedicarse a los estudios islámicos, llegando a obtener una posición de poder entre los extremistas. Con el tiempo fue capturado pero escapó a Turquía, donde estudió obteniendo un doctorado con una tesis sobre cómo las religiones, culturas y filosofías influyen en la actitud humana. Quedó sorprendido y conmocionado al comparar todas las religiones y filosofías, se dio cuenta que los valores del cristianismo son superiores en todos los aspectos.
Sin embargo, se opuso a aceptarlo debido a su entrenamiento demasiado radical en el Islam.
Ahora, Shayesteh habla a los estudiantes universitarios, grupos cristianos y políticos acerca de la amenaza del Islam y el valor de la democracia y la libertad.