¿Está mal que un cristiano sea rico? ¿Qué enseñó Jesús respecto al dinero? ¿Cómo hacer para equilibrar el pensamiento en un tema tan delicado como la administración del dinero en el hogar y en la iglesia?

En esta entrevista, el pastor Claudio Tomaselli, quien también es escritor y conferencista, hace hincapié en estos temas, no solo en su congregación, sino también en cuanto lugar se lo convoque para hablar de temas de economía.

Durante siglos, hablar de cristianismo parecía ser sinónimo de pobreza. La eterna confusión entre humildad y pobreza caló hondo en generaciones enteras de seguidores de Cristo que se conformaban con comer, vestir y tener un techo. Pero no se sentían dignos de darse ciertas libertades como tener un auto, un pasar económico no tan turbulento, mucho menos unas vacaciones en familia.

En los últimos años, este pensamiento ha dado un vuelco, y si bien hay un gran sector de la iglesia cristiana que mantiene la postura conservadora de vivir con lo que tiene, hay otra parte que se fue al otro extremo e hizo de la prosperidad el discurso oficial de la iglesia evangélica.

¿Por qué la iglesia es tan pendular en estos temas relacionados con el manejo del dinero? Da la sensación que salimos de “odiar” al dinero como si fuera un mal en sí mismo, a ser gobernados por el mismo y que sea el centro de atracción en predicaciones, dejando en un segundo plano otros temas fundamentales de la vida cristiana.

“El tema del dinero fue mal manejado en la iglesia, pero Jesús habló de dinero, enseñó de dinero y demostró que el dinero no era malo en sí mismo. Jesús detuvo su mensaje cuando la viuda ofrendó y dio lo mejor que tenía; es más, dice la Biblia que estaba sentado junto al arca de las ofrendas. Jesús le enseño a Zaqueo, al joven rico, Jesús pagó impuestos poniendo oro en la boca de un pez. En el capítulo 2 de la tercera carta de Juan dice: ‘Amado, yo deseo que seas prosperado, que tengas salud, así como prospera tu alma”. Es un pasaje integral, Dios desea que seas prosperado en todas las áreas”.

Jesús hizo referencia al dinero en reiteradas ocasiones durante su ministerio. Era evidente que para él tenía importancia el tema. ¿Creés que malentendimos su mensaje?

“Jesús tenía oro de los magos de oriente. Cuando Jesús nació se calcula que aproximadamente unas 4.500 personas vinieron junto a los magos de oriente a traerle oro. Se podría decir que Jesús era rico, no pobre, eso es claro. Jesús tenía un tesorero, Judas. Cuando vinieron a pedirle a Pedro que Jesús pagara los impuestos ¿por qué no le pidió a Judas que le dé de las ofrendas? Porque aunque el dinero era importante quería Jesús enseñarles lo sobrenatural y cuando no tengan recursos naturales activen lo sobrenatural. Jesús le dijo a Pedro que tire la caña y el primer pez tendría una moneda de oro. No usó los recursos naturales. Cuando había que darle de comer a la multitud no le pidió plata a Judas para darle de comer a la multitud, sino que activó nuevamente lo sobrenatural. Jesús sabía que Judas robaba de las ofrendas, por eso el mensaje era para Judas: ‘no necesitás robar; si activás lo sobrenatural podés tener todo lo que necesites sin robar’ (podés tener una economía sana)”.

El libro “Economía sana” surge en un momento particular en tu trayectoria.

“Sí. Este libro nació porque en nuestras vidas pasamos momentos muy duros, y empecé a escribir para poder ayudar a muchos a salir de la pobreza. En mi corazón está en deseo y sentir que la gente tenga, le alcance y le sobre, como dice la palabra. Hoy tengo principios para que la gente prospere y pase a otro nivel. Miles de personas pasan por nuestra iglesia y son prosperados, dejando el pasado de pobreza atrás esa es mi mayor alegría”.

Por último, ¿qué cosas debiéramos tener en cuenta para administrar sabiamente la economía de nuestro hogar?

“Presupuesto de gastos, nunca olvidarse de separar un 10% para Dios, luego dentro del presupuesto tienen que estar los previstos, cosas que sé que van a venir y también los imprevistos, que son aquellas cosas que pueden venir sorpresivamente. Los sueños a futuro tienen que estar en el presupuesto; aunque no pueda hoy cumplirlos tienen que estar en el presupuesto. Tengo que tener todo en el presupuesto y verlo, escribirlo en papel. La palabra dice ‘escribe la visión en tabla y corre en el cumplimiento de la misma’. Si lo veo cada día lo podré alcanzar; en el presupuesto tienen que estar las deudas y tratar de cancelarlas y vivir sin deudas. Este es un modelo para cambiar el manejo mensual de la economía”.

Autor: Damián Sileo