Hace tres meses, el Pastor americano Ryan Keating fue detenido durante 11 horas por la autoproclamada República Turca del Norte de Chipre, un estado no reconocido por ninguna nación excepto Turquía. La policía llevó adelante una redada en la tienda de vinos y café donde se daba la Iglesia, y luego procedieron al hogar.
Confiscaron docenas de Biblias en idioma Arábico y Farsi.
Keating, de 44 años, fué liberado bajo una fianza de $20.000, después de que amigos locales recaudaron el dinero vendiendo propiedades, vehículos y un tractor.
El mes pasado, Keating fue imputado por importar ilegalmente material cristiano. Su pasaporte fue confiscado mientras espera el juicio. Una multa le fue impuesta de $60.000 -diez veces el valor de las Biblias, lo que según su opinión es un ‘precio altamente inflado’.
La redada sin embargo, fue basada en la acusación de que no tenía permiso para fabricar vino. Sin embargo Keating demostró que tenía licencia desde 2018 para operar con café, y licencia desde 2019 para hacer vino de parte de la municipalidad, además de otro trámite iniciado en 2020 cuando la renovación de su permiso había sido demorada por el departamento de comercio. Pero la interrogación sólo se enfocó en su ministerio religioso.
«Este país, su gobierno y los vecinos han sido amigables con nosotros» dijo. «Sin embargo, se puede ver el nacionalismo hostil.»
Keating asoció su arresto con el cambio en la política ambiental.
Residente en la isla desde 2017, Keating había vivido previamente 10 años con su esposa e hijos en Turquía.
Operando una cafetería, el graduado de la Universidad de Yale perseguía además un doctorado en la Universidad de Ankara, mientras dirigía un ministerio hacia los refugiados, con apoyo de la Iglesia Protestante.
En 2016, después del arresto de Andrew Brunson, Keating fue deportado por motivos de ‘seguridad nacional’ y vetado de por vida.
Desde entonces, la Asociación Turca de Iglesias Protestantes ha documentado al menos 35 ejemplos de trabajadores extranjeros desterrados de Turquía. Muchos eligieron no hacerlo público con la esperanza de revertir legalmente el asunto.
La República de Chipre y sus 840.000 habitantes son 89% Griegos Ortodoxos, con un 2% de musulmanes. La ocupación norte es 97% musulmana, dividida entre los Turcos Chipriotas y Turcos colonos.
La Sociedad Bíblica de Chipre está unida a Grecia y no tiene ninguna presencia oficial en el norte. Keating dijo que si así fuera sería reconocer a la entidad.
Un fuente de la Sociedad Bíblica dijo que la oficina de Chipre puede proveer cualquier material necesario, pero no puede entregarlos a cualquier parte. Es responsabilidad del cliente transportar los materiales adquiridos.
Las Biblias turcas no fueron confiscadas en la redada, aunque algunas fueron llevadas del hogar. Los materiales en Árabe y Farsi habían sido de un amigo que ya no los necesitaba. Pero fue la caja con remitente del sur lo que llamó la atención de la policía.
Keating dijo que las Biblias no están disponibles para la venta al norte de la Línea Verde.
Otros materiales fueron entregados directamente en la Iglesia, pasando por la aduana sin ningún problema. El Pastor está convencido que los cargos en su contra son sólo un pretexto de una minoría de oficiales, ofendidos por los testigos cristianos.
La iglesia de Keating tiene dos servicios, uno en Inglés y otro en Turco. La diversidad es evidente entre ambos, con personas de Chipre, Asia Central, Irán, Irak y Europa entre los asistentes -quienes son los que necesitan la Biblia en Árabe y Farsi.
Antes del COVID-19, al servicio turco asistían unas 40 personas semanalmente, incluyendo a un puñado de turcos Chipriotas. El servicio en inglés contaba con 70 miembros.