La ONU expresó una gran preocupación por el efecto podría causar la prohibición de asistir a la iglesia durante el año a los cristianos habitantes de Chipre, ellos creen que es una restricción de libertad de culto. Sin embargo, el gobierno de Turquía afirmó que “las decisiones fueron tomadas por seguridad”.
Desde 1974, Turquía ocupó el norte de la isla Chipre, consiguiendo el control de esa parte. Desde ese momento, los cristianos griegos tenían prohibido vivir en el sector turco, mientas que los turcos sí podían habitar y trabajar en el resto de la isla.
Las iglesias cristianas fueron casi destruidas en su mayoría pero, a raíz de la crisis de Grecia, los cristianos de origen griego que vivían en el sur, emigraron hacia el norte. El gobierno turco trató de denominar el norte de la isla como República Turca del Norte de Chipre pero la ONU se lo negó, por lo que aún continúa siendo una de las regiones más polémicas en el mundo.
Mustafa Lakadamyali, subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores dijo que la restricción fue impuesta para evitar “la explotación de la derecha religiosa”, afirmando que las autoridades no pueden proporcionar seguridad a las iglesias.
Una organización no gubernamental que trabaja en la región también criticó la decisión, y lo describió como un “duro golpe” a la comunidad cristiana de Chipre.