China ha estado ajustando restricciones en la distribución de materiales religiosos durante los últimos meses con altas sumas de multas, el cierre de casas de impresión, y hasta la prisión para quienes vendan o compren libros cristianos o himnarios.

Invierno Amargo, una publicación que monitorea las violaciones a la libertad religiosa en China, reporta que este mes, oficiales del Partido Comunista Chino en Luoyang, allanaron una imprenta en busca de materiales religiosos prohibidos.

«Todo contenido religioso supone un aspecto político, no religioso. Aunque la propaganda en la calle dice que la gente puede tener sus creencias, la única de que pueden practicar libremente es la del Partido Comunista», dijo un gerente de la imprenta a Invierno Amargo.

Debido a las rigurosas inspecciones, el gerente dijo que se rehúsa a imprimir material religioso.

«Ellos allanaron mi tienda, revisaron todos mis registros, y aún buscaron entre los papeles de la basura, para ver si había material prohibido», dijo el gerente. «Si encuentran ese tipo de material, yo sería multado y mi negocio clausurado.»

Un trabajador de otra imprenta local en Luoyang reveló que la prohibición alcanza hasta los himnarios. Aquellos que impriman materiales religiosos enfrentarán duras repercusiones, incluyendo multas, y hasta la prisión en algunos casos.

«Ni siquiera me atrevo a imprimir dos hojas con himnos religiosos debido a las estrictas investigaciones», dijo el trabajador. «Se me dijo que debo reportar a cualquiera que lo haga.»

Un trabajador de otra tienda dijo: «Si no estamos seguros de que un texto es religioso, debemos guardar copias para las autoridades.»

Publicaciones religiosas importadas que no estén aprobadas son consideradas como ‘contrabando’.

«El gobierno ejerce estricto control sobre los paquetes que llegan del extranjero» contó un miembro del correo de Luoyang. «Solo la correspondencia aprobada por el gobierno es entregada. Todo lo que sea libros considerados como ‘mala información’, como libros religiosos, no se despachan. Si las autoridades públicas descubren violaciones a la regulación, las compañías de encomiendas son clausuradas.»

El mes pasado, Chen Yu, un cristiano que lleva adelante una tienda online de libros en la provincia de Zhejiang, fue sentenciado a siete años de prisión y multado con U$ 29.450 por vender publicación religiosas desaprobadas.

La policía también reportó una investigación a nivel nacional para quienes vendan libros prohibidos en el mercado negro.

Un predicador de una casa-iglesia de Shandong contó también que la policía lo investigó después de descubrir que había adquirido material religioso en Taobao.com, un sitio chino de ventas online.

«Me doy cuenta que el gobierno tiene acceso a todo; siento como si corriera desnudo», dijo el predicador.

En abril de 2018, el gobierno chino prohibió las ventas de Biblia online, y dispuso que solo podían ser distribuidas por las agencias aprobadas que supervisan a las iglesias cristianas en el país.

En años recientes, la persecución religiosa del partido comunista se ha intensificado. En esfuerzos por traer a los cristianos bajo la influencia china, los oficiales del gobierno obligan a los creyentes a seguir reglas específicas y regulaciones que han impuesto sobre las reuniones religiosas.

El Partido Comunista también impuso medidas para destruir todo símbolo religioso. En la primera mitad del 2020, más de 900 cruces fueron removidas de las iglesias.

En varias provincias alrededor del país, autoridades han ordenado a los residentes a reemplazar imágenes religiosas por las fotografías de líderes comunistas.

China está entre los peores países del mundo para los Cristianos respecto a la persecución religiosa, según Puertas Abiertas.

 

Fuente: The Christian Post