“Queremos estar junto a ellos y ayudarles”

Para finales de 2019, tendremos 16 centros en funcionamiento. Recientemente hemos visitado tres de estos: Dos en Aleppo y uno en Mashta Al Helou dónde hemos podido ver de primera mano como personas están llevando esperanza a los necesitados, desamparados y a las víctimas de la injusticia. Todo esto, gracias a tu apoyo.

La iglesia de la Alianza, Aleppo

Llegar a Aleppo es todo un desafío después de 8 años de guerra. El aeropuerto de la ciudad permanece cerrado y para llegar a lo que fue una vez la capital económica de Siria, tienes que conducir cientos de kilómetros extras evitando así las zonas controladas por los rebeldes. Es imposible olvidar ni siquiera por segundo el conflicto armado, mementos como la presencia militar o la destrucción y desolación evidente de muchos lugares se encargan de recordártelo.

Al llegar a Aleppo nos encontramos con el pastor Abdallah, de la Iglesia de la Alianza que funciona tanto cómo lugar de culto como Centro de Esperanza.

El pastor Abdallah nos conduce a través de un pasillo muy oscuro, algo común en Aleppo debido a los frecuentes cortes de electricidad. “Aquí damos la bienvenida a las personas a las que ayudamos con los paquetes de alimentos” nos explica el pastor. Esta es solo una de las distintas actividades que ofrece la iglesia a través de este “Centro de Esperanza”.

Durante seis días a la semana, siete trabajadores de la iglesia dedican su tiempo a la distribución, ayudando a unas 150-200 personas al día.

“Creo que tenemos que seguir ayudando a la gente con la comida. Después de que terminara la guerra y Aleppo volviera a ser segura, los precios en general incrementaron drásticamente.” Muchas personas desplazadas que antes de la guerra tenían una casa en propiedad se encuentran pagando altas cantidades en el alquiler de un sitio en el que estar, debido a que no pueden volver a sus casas por el momento e incluso muchos no saben a ciencia cierta si podrán volver alguna vez.

“Las familias están perplejas, confusas sobre el futuro. No tienen trabajo y sus casas están destruidas o dañadas. Hay muchos desafíos en la vida de estas personas. Están confusos, no saben si irse o quedarse. Tenemos que animar a los cristianos a permanecer aquí y para ello, como iglesia creemos que la mejor forma es permanecer junto a ellos y ayudarles. Queremos ver un futuro mucho mejor para Aleppo y Siria en general”.

¿Cuál es el objetivo de este centro de esperanza?

“Queremos seguir valorando la ayuda que podemos ofrecer a las personas. Por ejemplo, podemos ayudarles a empezar pequeños negocios mediante recursos como la capacitación y formación laboral, asesoramiento o prestación de micro créditos. Además, tres veces a la semana tenemos actividades para niños, los cuales pertenecen a la generación más dañada por la guerra. Queremos ir más allá en el apoyo espiritual y psicológico para poder eliminar en la medida de lo posible los efectos de la guerra en ellos. Tenemos diferentes programas para mujeres, parejas y hombres. Esperamos seguir creciendo y que estos programas traigan cambia en sus vidas. Cada día de la semana aquí en la iglesia estamos ocupados”

“Creo firmemente que nuestro Señor quiere una vida mejor para las personas. Creo que nosotros debemos trabajar también en esa misma línea en pos de una vida mejor para las personas, no solo de forma espiritual sino también de forma práctica. Por eso doy gracias con todo mi corazón a las personas que nos han apoyado. Cada una de las personas e iglesias que han estado con nosotros durante la guerra. Gracias por todo, pero aún seguimos necesitando tu ayuda, necesitamos personas que estén junto a nosotros. Por medio de vosotros Dios proveerá los recursos que necesitamos”

Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; (Mateo 25:35)

Al inicio de la guerra, Puertas Abiertas respondió a la necesidad de miles de cristianos desplazados en el país. A través de las iglesias locales se repartieron paquetes de alimentos y otros enseres de primera necesidad con los que se pudieron cubrir a más de 17.000 familias cada mes. El objetivo principal: Personas solas, enfermas, ancianas o familias numerosas sin posibilidad de sustento. Actualmente se intenta trabajar en la generación de proyectos que puedan generar sustento y la oferta de actividades en los Centros de Esperanza.

Fuente: Puertas Abiertas