El Equipo de Respuesta Rápida Billy Graham está enviando dos grupos a Australia, para ministrar a aquellos afectados por los incendios devastadores.
Con el fuego esparciéndose descontroladamente, el Equipo de Respuesta Rápida Billy Graham (RRT por sus siglas en Inglés) está enviando dos grupos de capellanes entrenados en crisis a los estados de Victoria y New South Wales para ofrecer ayuda espiritual y emocional. Al menos 28 personas han muerto debido al fuego. Más de 2.200 hogares incendiados y 26 millones de acres destruidos.
Desde septiembre, la RRT australiana con un grupo de 36 capellanes han viajado a través de seis regiones afectadas por las llamas, proveyendo una escucha activa y compartiendo esperanzas. Ahora, están reclutando capellanes de Estados Unidos, Canadá y Reino Unido para asistir durante toda la temporada de incendios.
«En Australia siempre tenemos un caso de inundación o de sequía», dijo Steward Beveridge, manager de RRT Australia/Nueva Zelanda. «Ésta es, ciertamente, la peor combinación que jamás he visto en mi vida.»
Beveridge, un inmigrante escocés que se mudó a Australia de niño, y otros capellanes australianos entrenados en ayuda en crisis, hablaron con docenas de personas en los últimos cuatro meses.
Ya sea en la fila mientras esperan un café, sentados en el recibidor de sus casas o compartiendo una comida entre amigos -la gente cuenta sus historias, y en turnos, los capellanes también comparten «la increíble verdad: Dios está presente y cualquiera puede llegar a conocer de su Paz», dijo Beveridge.
Aunque Australia ha estado batallando con la sequía hace más de una década, los incendios magnificados por la sequedad de la tierra y los vientos, han tomado a muchos por sorpresa.
«Toda la nación está consternada por el tamaño, el poder, y la duración de los incendios», explicó Beveridge.
«Las personas en las afueras son las más afectadas por los incendios», continúo. «Ellos están acostumbrados a vivir en comunidades remotas y aisladas. Ellos se volverán a levantar, se sacudirán el polvo y comenzarán de nuevo.»
«Pero lo que más me impresiona es cómo la gente toma turnos para ayudar. Ser australiano significa estar ahí para tus compatriotas.»
El fuego más abrasador se encuentra ahora en Victoria y New South Wales.
«Es realmente doloroso, rompe el corazón», dijo Beveridge.»Recorrer lo que una vez fue un hermoso lugar lleno de árboles y vegetación y ver el fuego apoderándose de todo… sabiendo que eso que una vez estuvo lleno de vida, ahora está totalmente destruido. Esperamos y rogamos por lluvia del cielo.»
Los capellanes notaron que muchos están «cansados, preocupados y agobiados.»
«Dios ha estado trayendo a mi memoria esas hermosas palabras en el Evangelio de Mateo: «Vengan a mí, todos los que estén cansados y cargados, que yo los haré descansar», recordó Beveridge. «Cuando tengo la oportunidad de hablar con las personas, hay momentos de llanto y silencio mientras reflexionan en la Palabra y encuentran consuelo en ella.»
La tarea del capellán de brindar una escucha a quienes están atravesando tiempos difíciles, «ayuda a entender un panorama más amplio de cómo Dios no abandona a su gente», agregó Beveridge. «Aún en este tiempo tan difícil, Dios tiene Su Mano y Su Corazón en esta historia.»
«Por favor, ora para que podamos reconocer cada puerta abierta que Dios pone frente a nosotros y nos dé el coraje de avanzar en las conversaciones acerca de la esperanza, la fe en Dios y Su Compasión», pidió Beveridge.
Además, están a la expectativa del arribo del equipo internacional en unos días.
«Será una experiencia real ver a Dios trabajando de la mano de estos equipos unidos, usando todas nuestras diferencias y pasión por servir a la gente necesitada de esperanza», dijo Beveridge.