El equipo de traductores de la Biblia NVI en una actitud de seria disciplina científica y profunda responsabilidad espiritual, buscó siempre ser fiel no a la tradición textual de una versión, sino a la Palabra de Dios. Buscó reflejar en su traducción no lo que el mercado espera encontrar en una Biblia, por sentimientos tradicionales o apego emocional, sino la expresión más fiel del mensaje de la Palabra de Dios como debió de haber resonado en el primer momento en que salió de la pluma del autor original del texto sagrado.
Por ello es que en algunos casos se decidió que la lectura de la Septuaginta era preferible a la del texto masorético, el texto base. El Salmo 118:13 en la RVR, siguiendo la lectura del texto hebreo, es traducido:
«Me empujaste con violencia para que cayese, Pero me ayudó Jehová.»
El contexto total del Salmo sugiere que en realidad fueron los enemigos quienes empujaron al poeta. Por esa razón la NVI opta por la lectura de la Septuaginta, apoyada por la Vulgata y la Siríaca, y traduce:
«Me empujaron con violencia para que cayera, pero el SEÑOR me ayudó.»
«Y los molí como polvo delante del viento; Los eché fuera como lodo de las calles.»
«¡Los pisoteé fuera…»
«Los desmenucé. Parecían polvo disperso por el viento. ¡Los pisoteé como al lodo de las calles!»
Reconocer esta forma de la poesía hebrea es muy importante. Y así, la traducción castellana recupera el sentido original con más exactitud.