El régimen comunista chino ha ordenado a los ciudadanos del noreste del país espiar los cristianos, y reportar cualquier ‘actividad religiosa ilegal’, incluyendo predicaciones y reuniones religiosas hogareñas. Los informantes recibirán $1000 yuanes por cada denuncia, según el reporte.

La administración del Distrito Meilisi Daur, en la Provincia de Heilongjiang, lanzó un documento titulado: «Sistema de Recompensa por Reportar Actividades Religiosas Ilegales Ofensivas», remarcando que los informantes recibirán $1000 yuanes (U$D 150).

Los oficiales, dice el documento, están buscando cualquier información -a través de un llamado telefónico, email o carta- acerca de personal religioso, prédicas, actividades religiosas no autorizadas y distribución de material religioso, etc.

El objetivo, agrega, es ‘reforzar el control de actividad religiosa ilegal en el distrito, prevenir aglomeramiento que resulte en contagios de COVID-19 -como puede ser por reuniones religiosas, y demás. Se busca comprometer al público, suprimir toda actividad ilegal y asegurar un armonioso y estable sistema de culto’.

El documento fue lanzado este mes por el Frente de Trabajo Unido del Distrito de Meilisi Daur, en el Departamento de Qiqihar.

Sistemas similares han sido lanzados en la ciudad de Zibo, en el Distrito de Boshan y en la ciudad de Weihai del distrito de Shandong.

«Aunque no especifica que tipo de actividades religiosas están apuntadas, es evidente que el foco está en las iglesias-hogares», denuncia la organización International Christian Concern.

Puertas Abiertas Estados Unidos, que monitorea la persecución en más de 60 países, estima que hay cerca de 97 millones de cristianos en China, un gran porcentaje pertenece a las llamadas ‘iglesias-hogares’ consideradas ilegales, por no estar autorizadas por el gobierno.

Según reportes lanzados recientemente, la persecución en China se ha intensificado en 2020, con miles de cristianos afectados por el cierre de Iglesias y otros derechos humanos violados.

Bajo la dirección del Presidente Xi Jinping, los oficiales del Partido Comunista China o CCP, han estado reforzando estrictos controles sobre las creencias religiosas del país.

Las autoridades chinas siguen apuntando contra el Cristianismo al remover aplicaciones bíblicas de dispositivos electrónicos, una de las últimas medidas que entraron en efecto este año.

China es uno de los peores países en la lista de persecución que elabora anualmente Puertas Abiertas de Estados Unidos.