Sus «amigos» y su familia nunca se preocuparon por él, a pesar de que tenía que cuidar también de su hermana, que tampoco se podía mover. Su mayor deseo en esta vida era encontrar a alguien que lo amara y lo cuidara.

A finales del 2015, Cristo tocó a la puerta de su corazón. Un cristiano lo conoció y le habló sobre el Señor; él se llenó de entusiasmo y quiso saber más a pesar del rechazo que recibiría. «La gente me contó más acerca de él y me di cuenta de lo que Dios había hecho por mí y de qué manera necesitaba a Jesús», dijo el musulmán.

Un día una iglesia repartía regalos que pretendían demostrar lo que significaba «amar a tu prójimo». Esto conmovió en lo más profundo de su corazón. «Nunca en mi vida alguien me había dado un regalo. Quedé tan sorprendido. El regalo contenía comida, artículos domésticos y un montón de cosas útiles. Podría vivir con el contenido de este paquete como unas dos semanas».

Un cristiano que vivía en su comunidad dice que el musulman empezó a llorar de felicidad y gratitud. «Este regalo viene de parte del padre más cuidadoso, atento y lleno de gracia, un regalo directamente de Dios», pronunció. Solo ha pasado un mes desde que el musulmán aceptó a Jesús como Señor. Todavía no ha sido perseguido, pero hay una gran posibilidad de que en un futuro lo esté. Sin embargo confiamos en un Dios Todopoderoso.

* Su nombre no se menciona por razones de seguridad.

Fuente: puertas abiertas