Asia Bibi, la cristiana condenada por la ley antiblasfemia, y que recientemente fue liberada, hace un llamado urgente para reformar la justicia de su país. Lo hizo durante una entrevista después de ser puesta en libertad tras 8 años de prisión.

Bibi agradeció a la Suprema Corte Paquistaní por dejarla absuelta pero dijo que hay otros en espera de que se resuelvan sus casos. «Hay muchos acusados bajo esta ley que permanecen en prisión y deberían recibir la oportunidad que yo tuve. El mundo debe escucharlos», dijo.

«Ruego que el mundo le dé la atención necesaria al asunto», continuó Bibi. «Debe darse a conocer cómo las personas son acusadas de blasfemia y enjuiciadas sin pruebas ni testigos. Las leyes deben ser revisadas. Y se debería exigir una prueba fehaciente antes de condenar a cualquiera.»

La odisea de Bibi empezó hace 10 años cuando dos trabajadoras musulmanas la acusaron de beber del mismo recipiente que ellas lo hacían y lo consideraron una contaminación, ya que Bibi es cristiana.

Bibi, madre de cinco hijos, fue acusada de insultar al profeta Mahoma. En Paquistán, donde el 97% es musulmán, una acusación de blasfemia se paga con la muerte o la prisión de por vida.

Después de 8 años de prisión, finalmente Bibi fue absuelta por la Suprema Corte de Paquistán, que resolvió que había muchas inconsistencias en su caso. Sin embargo, después de ser liberada, permaneció en custodia debido a las amenazas de los extremistas musulmanes que no aprobaron su libertad.

Acerca de sus días en prisión, Bibi recordó que nunca se quebró enfrente de su familia, solo lo hacía estando a solas.

«En ocasiones, tuve miedo de lo que vendría en el futuro. Sentí perder las fuerzas y pensé que jamás saldría de prisión. Esto significó un gran impacto para mí y para mi familia.»

En mayo, Bibi pude encontrar asilo en Canadá, gracias a una mediación de la Unión Europea. No pudo despedirse de sus parientes por razones de seguridad.

«Mi corazón se quebró al irme de mi país, de mi tierra», dijo Bibi.

El Departamento de Estado Norteamericano reportó que se estima que aún hay 77 personas en prisión bajo los cargos de blasfemia. Pero en realidad, se cree que podrían ser más de 200 personas apresadas por cuestiones de fe. Las acusaciones de blasfemia en general son falsas, y son usadas como venganza entre castas religiosas.

Después de la liberación de Bibi, el gobierno de Estados Unidos exigió la libertad de 40 miembros más de las minorías religiosas. Además, reclamó que el gobierno paquistaní revés sus leyes y las formas en que aplican.

Paquistán está en el puesto 5 de la lista de los países más peligrosos para los cristianos, según Puertas Abiertas Estados Unidos.