En el servicio de Navidad de nuestra iglesia el año pasado, el pastor dijo que deberíamos celebrar la Navidad todos los días del año. Tal vez no estaba escuchando con mucha atención, pero ¿Qué crees que quiso decir con esto? Sospecho que su pastor estaba señalando una verdad muy importante: Cristo no solo vino al mundo esa primera noche de Navidad en Belén, sino que quiere venir a nuestras vidas hoy y todos los días del año.

Nunca olvides: Jesucristo no vivió en la tierra hace 2.000 años. Él está vivo hoy, y aunque ahora está en el cielo, continúa trabajando en nuestro nombre a través de Su Espíritu. Y cuando ponemos nuestra fe y confianza en Él, Él viene a vivir dentro de nosotros y nos guía y le presentamos nuestras vidas. En otras palabras, ahora tenemos una relación personal con Él, y Él quiere que caminemos con Él y disfrutemos Su presencia todos los días.

¿Por qué es esto posible? Es posible porque ese bebé que nació de María era más que un hombre más: era Dios en carne humana. Él vino al mundo por una razón: para hacer posible que nuestros pecados sean perdonados, para que podamos ser parte de la familia de Dios para siempre. Lo hizo al convertirse en el sacrificio final y completo por nuestros pecados, e incluso ahora está en el cielo orando por nosotros. La Biblia dice: «Por lo tanto, él es capaz de salvar completamente a aquellos que acuden a Dios a través de él, porque siempre vive para interceder por ellos» (Hebreos 7:25).

No dejes a Jesús en el pesebre; No lo recuerde solo en Navidad. En cambio, aprende a caminar con Él todos los días, mientras oras y lees Su Palabra y le pides que te ayude.
Invita a Jesús a tu vida hoy.

Fuente: Asociación Billy Graham