Anne Graham Lotz dice que su cirugía «salió bien» y agradece a Dios y a quienes estuvieron orando por ella durante la operación.
«Sylvia Hatchell, quien fue tan cuidadosa en mi paso por la Unidad de Cuidados del Centro contra el Cáncer. Su presencia, así como la de mi equipo de oración quienes estuvieron conmigo durante toda la operación, fueron una gran fuente de alivio,» escribió Lotz el miércoles en su página de Facebook, donde mantiene actualizadas las noticias sobre su salud.
«Todo salió bien. Aparentemente el cáncer se encontraba localizado en la zona de la cirugía. ¡Alabado sea Dios! Quedé internada durante la noche y por la mañana pude regresar a casa. Gracias por sus oraciones. Dios me ha cubierto con Sus Bendiciones. Estoy en paz, llena de gozo y expectativas de que Dios me quiere en este viaje. Amo seguir al Buen Pastor,» agregó.
La Evangelista e hija del fallecido predicador Billy Graham, anunció a principios de mes que había sido diagnosticada con cáncer de mama. Descubrió la triste noticia el día en que se cumplía el tercer aniversario del día en que encontró a su esposo inconsciente en la piscina.
El lunes, antes de la cirugía, Lotz compartió en su página de Facebook una reflexión, donde comparaba la espera del devastador Huracán Florence con su espera por la cirugía, y la calma que puede haber en medio de la tormenta.
«Mi celular está continuamente entregándome las alertas de tormenta, tornados e inundaciones. Todo está sucediendo éste mismo día en que espero para entrar al quirófano,» escribió Lotz el lunes.
Agregó que en medio de las amenazas de tormenta a su alrededor, se encontraba» en completa paz, gozo, expectativas y confianza.»
«Sé que estoy en las manos de Dios. También sé que la única razón por la que puedo describir esta vibrante calma es porque estoy siendo sostenida por nuestro Padre Celestial, estoy siendo sostenida por las oraciones,» dijo Lotz.
«Así que, sin importar el resultado de la cirugía, quiero agradecer al Señor por su gran Fidelidad, y darles a todos ustedes un ‘gracias’ de lo más profundo del corazón…»