Cuatro días después de que el Huracán Ian tocara tierra en categoría 4, causando daños por billones de dólares y dejando al menos 80 personas muertas, miembros de la Iglesia Bautista Sureste en Fort Myers se reunieron en su santuario golpeado el domingo, para agradecer a Dios por haber resguardados sus vidas.
“Tenemos gente que ha perdido sus casas. Tenemos personas de la que no hemos oído recientemente”, dijo el Pastor Bob Kasten durante un clip del servicio grabado por El Canal Del Clima.
Cuando el Huracán Ian azotó Florida el pasado miércoles, primero golpeó la isla de Cayo Costa con un máximo sostenido de vientos de 150 km/h, no muy lejos de Fort Myers y Cabo Coral.
Mientras muchos miembros de la Iglesia Bautista Sureste huyeron hacia lugares seguros cuando la tormenta llegó a la zona de playa, algunos buscaron refugio en la iglesia donde las aguas inundaron y el viento provocó daños en el techo, según reportó USA Today.
Los líderes de la iglesia no pudieron responder inmediatamente a los requerimientos de los medios de prensa.
Mark Helms, ministro de música de la Iglesia Bautista Sureste, compartió fotos en Facebook de los daños que sufrió la iglesia.
“Ahora mismo, el agua sigue en el lugar. Creo que todos están, por lo menos en mí opinión, como adormecidos todavía”, dijo el Pastor Stephen Kasten, hijo de Bob Kasten el domingo. “Muchos están agradecidos de haber sobrevivido y alaban a Dios. Es por eso que estamos hoy aquí”.
El miembro de la iglesia Greg Wathan, de 62 años, dijo que huyó de su casa de toda la vida en su camión, antes de la tormenta hiciera cortar la energía eléctrica. Dijo que saltó de su cama y subió a su vehículo y comenzó a orar cuando vio a una mujer en el agua.
“No creí que pudiera salir del agua por si misma. Y yo tampoco podía salir del camión; las olas se movían con rapidez y no podía mantenerme. Así que sinceramente, oré por un fin bueno para todos”, dijo él.
Después de orar, Wathan dijo, “pareció que la mujer pudo moverse por la corriente, llegando cerca de mí donde pude tomarla de la mano”.
Otros miembros de la Iglesia, en su mayoría mayores retirados como Adelgarde Frazee, de 82 años, tienen sus propias historias de supervivencia.
Frazee dijo que se refugió en la iglesia en medio de la tormenta y recordó como vió a un hombre que casi muere en una oleada, mientras escapaba en su Jeep.
“Fue golpeado fuertemente y eso lo lanzó. Entonces llegó flotando. Peleaba contra la corriente. Trataba de llegar a las escaleras de la Iglesia”.
Mientras se encontraba agradecido por los miembros que habían logrado sobrevivir el domingo, Stephen Kasten dijo que también estaba feliz por aquellos que hicieron caso de las advertencias de evacuar la zona con anterioridad.
“El pasado domingo, compartí el mensaje de que Jesús habla caminado por las aguas. Y les dije que lo que sea que sucediera con la tormenta, nos veríamos el domingo siguiente en la Iglesia”, dijo. “Alabaremos a Dios, no importa lo que suceda. Y creo que la mayoría de la iglesia tenía el mismo sentir, y estamos aquí para volver a vernos. Muchísimos miembros, que sobrevivieron, y eso es grandioso”.