Las condiciones en Cabo Delgado, norte de Mozambique, se «han deteriorado severamente» en los últimos años, afectando «desproporcionadamente» a los niños, y arrojando resultados de más de 3.000 personas asesinadas y más 800.000 desplazados debido a la violencia que comenzó en octubre de 2017.

Ataques violentos por rebeldes Islámicos en la provincia de Cabo Delgado ha llevado a la muerte a 2.838 personas, incluyendo cerca de 1.400 civiles, aunque se teme que el número actual sea mucho más alto en realidad.

Un reporte lanzado este mes por Save The Children, Plan International y World Vision demostró cuán extendido está el conflicto en Cabo Delgado y cómo ha empeorado en los últimos 12 meses, dónde los niños están sufriendo desproporcionadamente.

En el último año la insurgencia Islámica ha escalado, debido al conflicto armado en las aldeas y el distrito capital, que da como resultado «graves abusos» contra niños.

Amy Lamb, director de comunicaciones para Puertas Abiertas dijo que «se da una nueva ola de violencia» en Mozambique, y que está «devastando» todo.

Lamb dijo que por primera vez, Mozambique ha sido agregada a la lista internacional de países dónde los creyentes son perseguidos «debido a la nueva ola de violencia en Mozambique perpetrada por los extremistas Islámicos.»

Un ataque en Palma en el mes de marzo, resultó en 67.848 desplazados hasta el 4 de junio.

Muchos niños afectados por los ataques estaban en orfanatos o habían sido separados de sus padres, cuando éstos huyeron.

El país del sudeste africano es el hogar de 17 millones de cristianos, cerca del 50% de su población total. Lamb dijo que también es el hogar de la comunidad de creyentes evangélicos que más está creciendo y a mayor velocidad a nivel mundial.

«Debido al aumento del Cristianismo, estamos viendo la presencia de grupos jihadistas afiliados al estado, como al-Shabab, Boko Haram, al Qaeda,» explicó Lamb.

«Ellos se están organizando para expandirse por todo el continente africano, y su principal objetivo es erradicar el Cristianismo, lo que ha cierto nivel está sucediendo», continúo. «Específicamente del norte de Mozambique, un estimado de 800.000 personas han huido de la región, y aquellos que aún permanecen, están enfrentando la hambruna y la violencia.»

Lamb dijo que los cristianos en Mozambique son el blanco especial de la violencia y cree que el gobierno contribuye a qué así sea.

«Hay una gran situación de inestabilidad, además de que existe una antipatía hacia los cristianos en los niveles gubernamentales», remarcó Lamb. «Así que el gobierno de Mozambique, en cierta manera, no ayuda pues no tiene una posición neutral en el conflicto; todos los factores combinados lo convierten en la tormenta perfecta.»

El reporte también ofrece recomendaciones y dice que Naciones Unidas y la comunidad internacional «debe, sin demoras», apoyar el establecimiento de la paz y clarificar las causas del conflicto.

Lamb reconoce que la situación requiere de la atención internacional y dijo que el Estado Islámico está luchando por ganar territorios en toda la región, y que nos enfrentamos a la «peor era de violencia Islámica», en la modernidad.

«Debería ser materia de gran preocupación para la comunidad internacional, pues es un indicador de que el califato está emergiendo en toda el África subsahariana,» remarcó. «Así que detrás de la devastación… lo que vemos es la actividad del califato.»

«Y lo preocupante de estos grupos es que se están organizando para establecer un Estado Islámico en toda la región», continúo Lamb. «Esto es preocupante no sólo desde el punto de vista de la religión y libertad, sino también desde lo democrático y político. Y desde la perspectiva de derechos humanos, estos grupos son extremadamente violentos.»

Lamb llamó a la Iglesia Americana a orar por los cristianos en Mozambique, para que la violencia sea detenida y por las víctimas.

 

Foto portada: World Vision

Fuente: The Christian Post