Hace quince años el Consejo Nacional Cristiano Evangélico se constituyó y llamó a las iglesias que integran las distintas federaciones que lo componen (FAIE, FeCEP y ACIERA) con la idea de orar por el país, por la situación que se vivía por entonces. Sin banderas políticas, ni denominacionales. Sin nombres. Sin expresiones propias de una persona, o grupo. Simplemente como pueblo de Dios. Hombres y mujeres que día a día confían en el Creador y su justicia.
La convocatoria del 11 de Septiembre de 1999 fue el acuerdo de los líderes claves del país para mover a las congregaciones detrás de la oración. Con el esfuerzo y apoyo económico de un empresario comprometido con la causa de Jesucristo hizo posible que se reúna a más de 250 mil personas en el Obelisco. En un acto que duró casi tres oras y donde el movimiento espiritual fue tal que un temblor fue registrado por algunos medios capitalinos. Acto que se repitió dos años después alcanzando a más de 400 mil personas congregadas, con el mismo sentir: ORAR y levantar el nombre deJESUCRISTO en alto.
Aquel encuentro en el Obelisco marcó un hito. Los que pasaban a orar, no eran mencionados, como tampoco lo fueron los cantantes y la orquesta. El único nombre público fue el de JESUCRISTO. Sí, se mencionaron los motivos de oración, y el pueblo del Señor oraba de a uno, de a dos, de a grupos, en silencio, a viva voz, de rodillas, todos juntos en el lugar. La oración, la comunión con Dios fue la consigna a seguir, que mostró un gesto genuino de unidad del Cuerpo de Cristo.
“El lema vino de los cristianos de CUBA, y con él, como iglesia dábamos otro paso importante evitando las competencias humanas para que solo fuese exaltado JESUCRISTO“, recordó el pastor Rubén Proietti, presidente de ACIERA.
El sueño de quienes velaban por la organización era ser tapa del diario de mayor tirada del país. Nunca la iglesia en 200 años había sido noticia en la tapa de los principales medios gráficos y primera noticia en todos los medios masivos de comunicación. En esta ocasión la iglesia fue tapa de 5 diarios. El Señor nos invita a recordar los hechos maravillosos que El produce, para que nuestra fe se robustezca considerando lo que está por venir, en el cumplimiento de Su Propósito.
Gocémonos con lo que Dios ha hecho y con lo que Dios hará.