1.Despiértalo y acuéstalo con una oración acompañado de un beso.
2.Dile cuanto lo amas, que no pase más de 3 días sin decírselo.
3.Abrázalo cuando menos lo espere y cuando más lo necesite.
4.Al Hablar con él, agáchate a su nivel y míralo a los ojos.
5.Acéptalo, respétalo y ámalo por lo que es y no por lo que tú quieres que sea.
6.No le grites, no lo insultes, jamás lo compares con nadie, recuérdale siempre que él es único y que Dios le ama tal cual como es.
7.Nunca lo humilles en público, espera el momento a solas para corregir los errores.
8.Nunca dejes de poner límites, pues ellos son el secreto de una familia ordenada y feliz, la misma traerá seguridad y respeto en su vida.
9.Amalo sobre todas las cosas y circunstancias, él amará al Dios que tú amas, hasta que tenga un encuentro con el Jesús que tú sigues.
Salmos 127:3 (RVR1960)
He aquí, herencia de Jehová son los hijos;
Cosa de estima el fruto del vientre.
Proverbios 17:6
Corona de los ancianos son los hijos de los hijos, y la gloria de los hijos son sus padres.
Photo: S&B Vonlanthen / Unsplash