Romain Oke, creyente, posa para una foto al interior de una iglesia evangélica que fue destruida durante los disturbios que se presentaron contra las caricaturas satíricas del profeta Mahoma publicadas en la revista satírica francesa Charlie Hebdo, en Niamey, Nigeria el pasado 23 de Enero de 2015. Al menos cinco personas murieron el sábado pasado en las protestas en Nigeria contra las caricaturas del profeta musulmán Mahoma en la revista Charlie Hebdo, dijeron las autoridades, aumentando así el número de muertos en dos días de violencia en el país hasta 10.

“Debido a estos incidentes, es como si la vida se hubiera detenido”, dijo el reverendo Jacques Kanginde, líder de la iglesia Bautista La Rotonda, en Niamey. “La iglesias se ha convertido en fuente de curiosidad para los transeúntes y un escondite para los ociosos. Desafortunadamente nuestras actuales finanzas no nos permitirán comenzar la reconstrucción”.

La organización World Watch Monitor señala que la mayoría de las 70 iglesias destruidas en los ataques, así como varias escuelas cristianas y un orfanato, aún no han sido reconstruidos.

“Creemos que, como ya ha pasado la emoción de los primeros días, nuestro caso ya no es de interés para nuestros líderes políticos,” añadió Kanginde.

“Ellos parecen más preocupados con los preparativos para las elecciones (para el 2016) y la lucha contra Boko Haram. Las iglesias estas abandonadas a sus destinos.”

Además los daños materiales, multitudes islámicas mataron al menos a 10 personas durante la masacre en Enero. Los ataques parecen ser castigos a los cristianos por las caricaturas publicadas por la revista satírica francesa Charlie Hebdo – a pesar del hecho que Hebdo es una revista secular que se ha burlado abiertamente de los cristianos y no está afiliada a ninguna iglesia.

Hebdo mismo ha sufrido un ataque terrorista en Enero en sus oficinas en Paris, cuando hombres armados islámicos dispararon a 12 de sus trabajadores por causa de los dibujos de Mahoma.

Las iglesias de Nigeria han tratado de sobrevivir y reconstruir desde los ataques, pero se ha demostrado que será una tarea difícil, añadió el Reverendo Zakaria Jadi de la Iglesia Salama en el distrito norte de la capital de Bani Fandou 2.

“Es un golpe a nuestra iglesia. Durante casi un mes, no hubo agua ni electricidad. Hemos hecho todo lo posible para reiniciar nuestras actividades de servicio, pero ahora hemos llegado a nuestro límite. El trabajo de reconstrucción puede tomar algún tiempo”, dijo Jadi.

El pastor perdió la iglesia y su casa en el mismo día, y hablo del dolor que sintió al volver a Salama para ver los daños.

“Me sentí muy mal, fue un sentimiento indescriptible cuando vi mi Biblia despedazada y tirada en el piso. Para un pastor, esto es como si mi vida misma hubiera sido destrozada. No podía dejar de derramar lágrimas”, agregó.

Jadi dijo, sin embargo, que él ha tratado de seguir adelante.

“Esto fue verdaderamente doloroso, pero he estado bien respaldado por mis hermanos y hermanas pues me han animado mucho. Y recibí mi mayor aliento de Dios, el realmente me ha fortalecido con el fin de superar esta terrible experiencia. Y también me ha permitido dar apoyo a quienes estaban llorando.”

Traducido al Español por Susana Murcia