Al menos siete familias cristianas se vieron forzadas a dejar sus hogares en el estado de Jharkhand, en India este mes, después de recibir amenazas y abusos de parte de una turba hindú, según reportó una organización de derechos humanos.
Según Christian Solidarity Worldwide, que lucha por la libertad religiosa en más de 20 países, las familias abandonaron la aldea Masiya Mahuwatoli el 12 de junio; después de que cerca de 200 aldeanos fueran abordados por activistas del grupo hindú Jagran Manch.
El HJM es un grupo afiliado a Visha Hindu Parishad, una organización nacionalista hindú.
Fuentes compartieron que entre las familias desplazadas se encuentra una mujer embarazada, y que están buscando en conjunto un refugio en las comunidades vecinas.
Otras tres familias víctimas del ataque fueron obligadas a convertirse al hinduismo.
Testigos contaron que los miembros de la HJM hicieron una lista de las familias cristianas en la aldea, y luego les comunicaron que debían renunciar a su fe o enfrentarían potenciales consecuencias.
Cuando algunas familias se negaron a lo que los radicales pedían, estos últimos y el resto de los aldeanos se volvieron violentos.
Los aldeanos amenazaron a los cristianos con dejarles incomunicados, con la imposibilidad de usar las rutas de la aldea, la prohibición de usar las cisternas de agua comunitarias, entre otras cosas. Además, se les dijo que los niños no podrían asistir a las escuelas.
Una mujer embarazada de casi nueve meses se vió obligada a caminar más de cuatro millas hacia la aldea más cercana, en busca de refugio.
Dos días después, los miembros de la HJM entraron en la casa de una familia cristiana que había quedado en la aldea, y arrastraron a un hombre y a su madre por las calles hacia el templo, donde les obligaron a renunciar a su fe en Cristo.
«Cuando ellos se negaron en un principio, los atacantes quemaron sus Biblias e hicieron uso de su fuerza y violencia para obligarlos a ceder. En el mismo día la casa de un hombre llamado Manera Munda también fue atacada. El hombre contó que iba a ser asesinado pero pudo escapar de las manos de los extremistas».
Cerca de 37 personas de los 47 aldeanos cristianos lograron escapar, pero viven con temor por sus familiares y en necesidad pues tuvieron que abandonarlo todo.
El 17 de junio, las familias cristianas se presentaron ante las autoridades para presentar su denuncia de lo ocurrido.
«CSW está profundamente preocupado por el bienestar y la seguridad de los cristianos obligados a dejar sus comunidades para salvar sus vidas,» dijo Mervyn Thomas, jefe ejecutivo de la organización. «La libertad religiosa es un derecho fundamental otorgado a los ciudadanos de la India. Instamos a las autoridades locales a aplicar la ley a quienes perpetraron los ataques, a brindar total protección a las familias, y tomar los recaudos para que los cristianos puedan vivir libres de intimidación y miedos».
En 2018, International Christian Concern reportó que 10 familias de la aldea de Pablo tuvieron que dejar sus hogares después de un ataque similar.
India se posiciona en el puesto 10 de los países perseguidores de cristianos, según la lista de 2019 de Puertas Abiertas EE. UU.
«Desde que el partido político que ahora gobierna llegó al poder en 2014, los ataques han ido en aumento, y los radicales hindúes creen que pueden hacerlo sin ninguna consecuencia», dice un comunicado de Puertas Abiertas.
«Cómo resultado, los cristianos han sido el blanco de los nacionalistas hindúes más y más cada año. La visión de los radicales es que ser Indio es sinónimo de ser Hinduista, por lo tanto, cualquier otra fe religiosa -incluyendo el Cristianismo- es considerada no-india».
*Imagen ilustrativa