¿Por qué necesitamos recordar lo ocurrido hace tantos años en el HOLOCAUSTO? Y la respuesta es sencilla, ¡porque la memoria no muere, y nos toca a nosotras clamar y doblar nuestras rodillas para pedir que ya no haya más derramamiento de sangre inocente…
Bienvenida mujer a este espacio, el nuestro. Hoy conmemoraremos una fecha que nunca podríamos dejar pasar por alto.
El 1 de Noviembre de 2005 la Asamblea General decide que las Naciones Unidas designen el 27 de Enero Día internacional de Conmemoración Anual en memoria de las víctimas del holocausto. Esta última fecha pero del año 1945, es en la que las tropas soviéticas ingresan al campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau, el más temido y creado por el régimen nazi durante el período de la Segunda guerra mundial; un campo de trabajo esclavo y viles atrocidades a las que estaban sometidas las personas hasta el punto tal de llegar a la desnutrición y muerte, debido a las condiciones en las que se encontraban. En los campos de concentración fueron asesinadas más de seis millones de personas, de judíos; conocido este acto tan macabro como el mayor exterminio de la humanidad: el Holocausto. Este último no fue más que el resultado de un genocidio ejecutado, planificado y llevado adelante por las autoridades alemanas.
La historia siempre nos recordará que aquel tercio del pueblo judío y tantos otros miembros de otras minorías murieron asesinados, esta muerte tan cruel y cargada de tanta locura, será una advertencia para todo el mundo del gran peligro que genera el odio, su fanatismo, la discriminación, los prejuicios, el racismo, la puja por los intereses desmedidos.
Hoy en la actualidad alrededor de 40 millones de niños no nacidos son muertos por año, este también es uno de los peores y más grandes genocidios en toda la historia de la humanidad, que tal vez no aparezca en los libros de historia, pero no por ello deja de ser real.
Tantas situaciones de odio, de violencia, nos debe posicionar como mujeres de influencia, de avance, de reconciliación. Desde los primeros tiempos, la Creación se ha encontrado haciendo todo lo opuesto a lo que el Creador había determinado, trayendo pecado a través de la mentira, la violencia, la muerte; sin importar en lo más mínimo el cuidado por la vida del otro, ya que a causa del pecado que los ha cegado, alejaron la mirada de quien había establecido un escenario para una vida eterna.
Era necesario que Jesús viniese a la tierra como hombre, para reconciliar al Padre (el Hacedor) con la humanidad (Su creación) para que por medio de Cristo, sean llamados Hijos de Dios.
El desafío es grande, los tiempos que vivimos no son tal vez mejores a ellos, y pareciera que todo va camino al precipicio; pero hay esperanza para quienes creemos en Jesús. Tal vez te preguntarás ¿por qué necesitamos recordar lo ocurrido hace tantos años en el HOLOCAUSTO? Y la respuesta es sencilla, ¡porque la memoria no muere, y nos toca a nosotras clamar y doblar nuestras rodillas para pedir que ya no haya más derramamiento de sangre inocente! Lo vemos hoy, con todo nuestro corazón estrujado, y a nivel mundial, con la matanza de tantos niños, mujeres y hombres, más en fe y clamor cada día nos debemos acercar a Dios para que ello no siga avanzando; pero por sobre todo para que aquellos que aún no están en Cristo Jesús lo puedan hacer; ¿ y cuál es el medio? Vos y yo.
Muchos parten de esta tierra sin esperanza, sin haberle encontrado el sentido a su existir; pero hoy podemos hacer la diferencia y llevar la luz de Cristo, porque en él si encontraremos la esperanza y el valor que no teníamos, el que nadie nos daba; pero sólo el que él por medio la Cruz nos pudo dar.
Te comparto Proverbios 6:16- 23
16 | Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma: |
17 | Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente, |
18 | El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal, |
19 | El testigo falso que habla mentiras, Y el que enciende rencillas entre los hermanos. |
20 | Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, Y no dejes la enseñanza de tu madre: |
21 | Átalos siempre en tu corazón, Enlázalos á tu cuello. |
22 | Te guiarán cuando anduvieres; cuando durmieres te guardarán; Hablarán contigo cuando despertares. |
23 | Porque el mandamiento es antorcha, y la enseñanza luz; |
Photo: The Nutcracker Guide / Unsplash