Aunque muchas facetas están en equilibrio, cuando se toca el tema de las finanzas personales se producen momentos incómodos.
Aunque hay áreas que están equilibrio, el área financiera muchas veces les quita el sueño y hace tambalear la plenitud imperante en otras dimensiones de la vida.
Es llamativo ver como el hecho de no abocarse a la administración correcta de los recursos que Dios le ha otorgado (tiempo, dinero, talento, relaciones, etc.) pueden limitar seriamente la libertad a la que los hijos de Dios fueron llamados.
Es necesario pues volver a leer las Escrituras yendo más allá de la lectura devocional buscando, y hallando, los principios eternos de la sabiduría Divina a fin de lograr una vida estable y plenamente feliz.
Nótese que, a diferencia de lo que cientos de publicaciones cristianas y no cristianas proponen, el plan de Dios para su pueblo es que cuenten con los suficientes recursos para que vivan una vida sin sobresaltos económicos, y no una vida de acumulación de inmensas cantidades de riqueza por el solo gusto de acumularlas. Aunque es Dios quien da la inteligencia para hacer riquezas para cumplir sus propósitos específicos claro está que no se trata de una regla, sino más bien de una excepción.
En el Antiguo Testamento tal vez uno de los pasajes más inspiradores al respecto es Éxodo 3:8-
“…y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel …”
El privilegio de ser “hijo” no solamente garantiza la provisión necesaria en la
faz espiritual y eterna, sino también en provisión para su existencia diaria mientras camine por esta tierra.
Al respecto, también Jesús afirma en Mateo 6:33:
“..Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas (Ropa, refugio y alimento) os serán añadidas…“
Cobre ánimo y comience a estudiar la Palabra de Dios para descubrir las reglas que han funcionado, funcionan y seguirán funcionando para que usted no solamente viva una vida espiritual llena de bendición sino también una vida estable y feliz desde el punto de vista financiero. Leer el libro de los proverbios es un buen comienzo para transitar el camino hacia el disfrute de la libertad plena como cristiano.
Por Abel Amarilla